viernes, 20 de agosto de 2010

El hombre

En la oscuridad se puede ver la luz. A veces. Pero a veces no. Solo en la noche se pueden ver las estrellas. Pero no todas las veces. A veces las nubes ocultan las estrellas y la noche es mas oscura y tenebrosa.
Lo mismo se puede decir de los hombres. Conoci al poeta que se movia entre los bares, los prostibulos y las casas clandestinas. Se movia entre los paises enemigos y los paises amigos. Para algunos un patriota, para otros un traidor. Y para otros un infiltrado.
No lo vamos a saber. Recuerdo a Fenimore Cooper cuando escribia sobre su espia. Digamos que era un espia, como el lo define. Pero uno se pregunta, era un traidor? era un heroe? Para el Washington de Cooper, era un heroe, construyendo una nueva patria, exponiendo su pellejo con sus propios amigos.
Al poeta tambien lo recuerdo asi. No era un patriota. La patria no se define facilmente. Ni merece la pena discurrir sobre ello. Los pueblos si se delinean muy exactamente. Y si por el pueblo se muere, el poeta se convirtio en una estrella del cielo al morir como traidor.

jueves, 19 de agosto de 2010

jueves, 12 de agosto de 2010

Con dolor, pero con esperanza

Transcribo este discurso, muy valiente, que expresa el dolor de todos los que nos sentimos identificados con el sufrimiento del pueblo palestino, y de todos los pueblos oprimidos y amenazados del mundo.

Las lágrimas de Gaza deberían ser nuestras lágrimas


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Chris Hedges
Truthdig
Chris Hedges hizo esta s declaraciones en la noche del jueves [5 de agosto] en la Ciudad de Nueva York en un evento que tenía como objetivo recaudar fondos para fletar un barco estadounidense que rompa el bloqueo de Gaza. Puede encontrarse más información en www.ustogaza.org

Cuando viví en Jerusalén, tenía una amiga que me confió que en su condición de estudiante de universidad en EEUU asistía a eventos como estos, escribía informes y los remitía al consulado de Israel a cambio de dinero. Sería inocente asumir que esta práctica israelí no existe ya. Por eso, quiero esta noche dirigirme primero a la persona, o a las personas, que puedan haber acudido a este acto con el objetivo de informar del mismo al gobierno israelí.

Me gustaría recordarles que son ellos quienes se ocultan en la oscuridad. Soy yo quien permanece en la luz. Son ellos los que engañan. Somos nosotros los que abiertamente proclamamos nuestra compasión y exigimos justicia para quienes sufren en Gaza. No tenemos miedo de decir nuestros nombres. No tenemos miedo de expresar nuestras creencias. Y sabemos algo ante lo que quizá ellos sienten pavor. Como dijo Martin Luther King, el arco del universo moral es largo pero se inclina del lado de la justicia, y ese arco está descendiendo con furia justa y avanzando con estruendo sobre el gobierno israelí.

Podéis tener los bulldozer, los aviones y los helicópteros que reducen las casas a escombros, los comandos que descienden por una cuerda sobre los buques y matan a civiles desarmados en alta mar o en Gaza con todo el inmenso poder del estado respaldándoos. Nosotros tenemos tan sólo nuestras manos y nuestros corazones y nuestras voces. Pero tomad nota de esto. Anotadlo bien. Sois vosotros los que tenéis miedo de nosotros. Nosotros no os tememos. Seguiremos trabajando y rezando, protestando y denunciando, seguiremos presionando a vuestra marina de guerra y a vuestro ejército con tan sólo nuestros cuerpos hasta que probemos que la fuerza de la moralidad y de la justicia es mayor que la del odio y la violencia. Y después, cuando haya libertad en Gaza, os perdonaremos. Os pediremos que compartáis el pan con nosotros. Bendeciremos a vuestros niños aunque vosotros no hayáis sentido la menor piedad por los niños de los que ocupabais. Y quizá sea esta compasión, quizá sea el insuperable y definitivo poder del amor lo que más consiga perturbaros.

Y por eso, esta noche, una noche en que algunos tratan de decir nombres y otros tratan de esconder nombres, permitidme que diga algo. Permitidme que llame a las cosas por su nombre. Permitidme ir al grano en medio de la jerga y los eufemismos que utilizamos para enmascarar el sufrimiento humano y los crímenes de guerra. “Cierre” significa que los soldados fuertemente armados que cercan los guetos palestinos le niegan a quienes están atrapados dentro el alimento o los servicios más básicos –incluyendo juguetes, cuchillas, chocolate, cañas de pescar e instrumentos musicales- y llevan a cabo una política brutal de castigo colectivo que constituye un delito bajo el derecho internacional. “Tierra en disputa”, significa tierra expoliada a los palestinos. “Enfrentamientos” significa, casi siempre, asesinar o herir a palestinos desarmados, incluidos los niños. “Barriadas judías en Cisjordania” significa recintos tipo fortaleza que sirven como puesto de avanzada del ejército en la campaña de limpieza étnica de los palestinos. “Asesinatos selectivos” significa asesinatos extrajudiciales. “Ataques aéreos contra puestos de combatientes que fabrican bombas” significa arrojar inmensas bombas de hierro de fragmentación desde aviones de combate sobre barriadas densamente pobladas que siempre dejan decenas de muertos y heridos. “Proceso de paz” significa una ruta de sentido único para aplastar a los palestinos como pueblo.

Esos son algunos de los nombres. Pero hay más. El 6 de enero de 2009, al Dr. Izzeldin Abuelaish, cuando era ya avanzada la tarde, se le obsequió con un par de proyectiles lanzados desde un tanque que destrozaron una habitación de su apartamento en Gaza, matando a tres de sus hijas –Besan, Mayar y Aya-, además de una de sus sobrinas, Nur.

“Tengo derecho a sentir rabia”, dice Abuelaish. “Pero a la vez me pregunto, ‘¿hago bien?’ Tanta gente espera que me ponga a odiar. La respuesta que les doy es que no odiaré.”

“ ¿A quién odiar?”, se pregunta el ginecólogo de 55 años de edad, que nada más nacer se convirtió en refugiado palestino y creció en medio de la pobreza. “¿A mis amigos israelíes?” “¿A mis colegas israelíes?” “¿A los bebés israelíes a los que he ayudado a nacer?”

El poeta palestino Taha Muhammad Ali describió este sentimiento en su poema “Venganza”:

A veces… deseo

poder encontrarme en un duelo

con el hombre que asesinó a mi padre

y arrasó nuestro hogar

expulsándome

hacia un estrecho país.

Si me hubiera matado

hubiera descansado al fin,

y si hubiera estado preparado

¡habría llevado a cabo mi venganza!

*

Pero cuando apareció mi rival

y supe que tenía madre

que estaría esperándole

o un padre que se pondría

la mano derecha

sobre el pecho, en el lugar del corazón

cada vez que su hijo llegara tarde

aunque fuera un cuarto de hora

de la cita de una reunión

ya no le mataría entonces,

aunque pudiera.

*

De igual manera…

tampoco le asesinaría

si me enterara enseguida

de que tenía hermano o hermanas

que le amaban y que constantemente anhelaban verle.

O si tuviera una esposa para darle la bienvenida

y niños que

no podrían soportar su ausencia

y a quienes sus regalos emocionarían.

O si tuviera

a migos o compañeros

o vecinos conocidos

o aliados en la prisión

o en la habitación de un hospital

o compañeros de colegio…

preguntando por él

y enviándole sus saludos.

*

Pero si resultara

que es una persona en soledad

desgajada de todo

como la rama de un árbol

sin hermanos ni hermanas

sin esposa ni niños

y sin familiares ni vecinos ni amigos,

n i colegas ni compañeros,

Entonces, ¿para que añadir más dolor

a esa soledad?

Ni el tormento de la muerte

ni la pena del fallecimiento.

No, me limitaría

a ignorarle cuando pasara a su lado

por la calle, como

si estuviera convencido

de que no prestarle atención

era ya en sí un tipo de venganza.

Y si estas palabras representan lo que supone ser musulmán, y creo que sí, soy también musulmán, seguidor del profeta, que la paz sea con él.

El barco a Gaza se llamará “La audacia de la esperanza”. Pero estas no son palabras de Barack Obama. Son palabras de mi amigo el Reverendo Jeremiah Wright. Son palabras prestadas. Y Jerry Wright no tiene miedo de decir la verdad, no le asusta decirnos que dejemos ya de confundir a Dios con Estados Unidos:

“Bombardeamos Hiroshima, bombardeamos Nagasaki y hemos arrasado con armas nucleares infinitos lugares provocando muchas más muertes que los miles de seres que murieron en Nueva York y el Pentágono, y sin pestañear”, dijo el Rev. Wright. “Hemos apoyado el terrorismo de estado contra los palestinos y los negros en Sudáfrica y ahora nos indigna que traigan hasta nuestros propios jardines delanteros todo lo que allá hemos hecho. Son las consecuencias de nuestros actos, nos toca sufrirlas.”

O las palabras de Edward Said :

“En mi opinión, nada hay más censurable que esos hábitos mentales de los intelectuales que inducen a la evasión, ese rechazo característico de las dificultades y posiciones de principios que sabes correctas pero que decides no asumir. No quieres aparecer como demasiado politizado; tienes miedo de parecer polémico; quieres mantener una reputación de ser equilibrado, objetivo, moderado; confías en que vuelvan a invitarte, en que te consulten, en mantenerte en una junta o comité de prestigio, y así permanecer dentro de la corriente dominante responsable; confías en conseguir algún día un doctorado honoris causa, un gran premio, quizá incluso hasta una embajada.

Para un intelectual, estos hábitos de la mente corrompen par excellence. Si algo puede desnaturalizar, neutralizar y finalmente matar una vida intelectual apasionada es la interiorización de esos hábitos. Me he topado personalmente con ellos en una de las más duras situaciones contemporáneas, la de Palestina, donde el temor a manifestarse sobre una de las mayores injusticias en la historia moderna hace renquear, ciega y amordaza a muchos que conocen la verdad y que están en situación de servirla. A pesar de los abusos y la difamación a las que se somete a cualquier franco seguidor de los derechos y autodeterminación palestinos, merece la pena decir la verdad, merece la pena que un intelectual compasivo y sin miedo la represente.”

Algunas de las últimas palabras de Rachel Corrie a sus padres:

“Estoy siendo testigo de este crónico e insidioso genocidio, y me siento realmente aterrada y cuestiono mis creencias fundamentales en la bondad de la naturaleza humana. Esta situación tiene que acabar. Pienso que es buena idea que dejemos todo y dediquemos nuestra vida a que esto se acabe. No creo que hacer eso sea algo extremista. Realmente quiero seguir bailando con Pat Benatar y tener novios y crear historietas de comic para mis compañeros. Pero también quiero que esto acabe. Horror e incredulidad es lo que siento. Decepción. Me siento profundamente decepcionada de que ésta sea la vil realidad de nuestro mundo y que estemos participando de hecho en ella. No vine a este mundo para esto. Esto no es en absoluto a lo que vino a este mundo la gente de esta tierra. Este no es el mundo en el que tú y papá queríais que viviera cuando decidisteis tenerme. Esto no es lo que yo quería cuando miraba Capital Lake y decía: ‘Ese es el ancho mundo y hacia él voy’. No quería limitarme a un mundo donde pudiera vivir una vida confortable y, sin esfuerzo alguno, existir completamente despreocupada de mi participación en un genocidio. Grandes explosiones en algún lugar en la distancia exterior. Cuando vuelva de Palestina, posiblemente tendré pesadillas y me sentiré constantemente culpable de no estar aquí, pero puedo canalizar esos sentimientos en más trabajo. Venir aquí es una de las mejores cosas que he hecho nunca. Por eso, aunque parezca que me he vuelto loca, o si el ejército israelí rompiera su tendencia racista de no herir a la gente blanca, por favor pensad de lleno en el hecho de que estoy en medio de un genocidio que de alguna forma estoy indirectamente apoyando y del que mi gobierno es inmensamente responsable”.

Y si esto es lo que significa ser cristiano, y creo que sí, por hablar con la voz de Jeremiah Wright, Edward Said o Rachel Corrie, por recordar y asumir el dolor y la injusticia de otros, entonces llamadme cristiano, seguidor de Jesucristo.

Y en cuanto a la larga línea de profetas judíos que van desde Jeremías, Isaías y Amos a Hannah Arendt, que le recordaron al mundo cuando se fundó el estado de Israel que la injusticia infligida a los judíos no podía corregirse con la injusticia perpetrada a los palestinos, al igual que nuestros propios profetas, Noam Chomsky o Norman Finkelstein , marginados como todos los profetas, como Uri Avnery o el poeta israelí Aharon Shabtai, que escribe en su poema “Rypin”, la ciudad polaca de la que su padre escapó durante el Holocausto, estas palabras:

Esas criaturas con casco y pantalones kaki

me digo a mí mismo: no son judíos,

no en el verdadero sentido de la palabra. Un judío

no se viste de armas como si fueran joyas

no cree en el cañón de un arma apuntando a un objetivo,

sino en el pulgar del niño que recibió el disparo

en la casa por donde va y viene,

no en la carga que estalla.

Primero aparece el alma burda y el hierro

que por naturaleza desprecia.

Y l evanta sus ojos no hacia el oficial o el soldado

que aprieta el gatillo sino a la justicia,

y clama pidiendo compasión.

Por tanto, no le robará la tierra a su pueblo

ni les matará de hambre en los campamentos.

La voz pidiendo su expulsión

brota desde la garganta bronca del opresor.

Una señal cierta de que el judío ha entrado en un país extranjero

Y, al igual que Umberto Saba , el niño se ha ido a esconder dentro de su propia ciudad.

Debido a voces como éstas, padre

A la edad de dieciséis años, con tu familia, tuviste que escapar de Rypin;

Pero aquí, ahora, Rypin es tu hijo.

Y si ser judío significa eso, y creo que sí, llamadme judío. Llamadnos a todos musulmanes y cristianos y judíos. Llamadnos seres humanos que creen que cuando uno de nosotros sufre, todos nosotros sufrimos, que nunca preguntemos por quién doblan las campanas, porque lo hacen por todos nosotros, porque las lágrimas de la madre de Gaza son nuestras lágrimas, porque los gemidos de los niños ensangrentados del Hospital Al Shifa son los gemidos de nuestros propios hijos.

Dejadme terminar esta noche con un último nombre. Dejadme nombrar a los que envían esos tanques y aviones de combate a bombardear las barracas de hormigón de Gaza con familias agazapadas e indefensas en su interior, dejadme nombrar a los que impiden que los niños tengan derecho a la infancia y los enfermos derecho a recibir atención y cuidados, a los que torturan, a los que perpetran asesinatos en habitaciones de hotel en Dubai y en las calles de Ciudad de Gaza, a los que niegan alimentos a los hambrientos y justicia a los oprimidos y falsean la verdad con propaganda oficial y mentiras estatales. Dejadme nombrarlos, no por sus títulos honoríficos y puestos de poder, sino por el nombre que se han ganado a pulso derramando la sangre de los inocentes en las arenas de Gaza. Dejadme que les nombre por lo que realmente son: TERRORISTAS .

Chris Hedges es periodista, escritor, corresponsal de guerra especializado en cuestiones políticas y sociales de Oriente Medio y EEUU y columnista habitual de Truthdig . com. Su libro más reciente es: “Empire of Illusion: The End of Literacy and the Triumph of Spectacle” (2009).[

Treinta Nueve Años

Con la coordinación de TAMEN, nos reunimos los que hace unos treinta años éramos unos cipotes llenos de ideales (y todavía los tenemos), queriendo cambiar el mundo (todavía tenemos esperanzas). Fuimos pocos, pero esperamos que para el aniversario de los cuarenta años de los bachilleres de la promoción INFRAMEN 1971 seamos más. De hecho, no logré contactar a varios de mis excompañeros, pero espero que pueda hacerlo en el transcurso de, digamos, un año. Ya tenemos la fecha de la nueva reunión de celebración, pero, temo decirlo, se me olvidó (¿será por culpa del doctor Alzheimer?. Espero que no.).

Hay más fotos. Pero no las tomé yo. Por eso es que no salgo en ninguna de ellas.




miércoles, 4 de agosto de 2010

Fiestas

¿Desde cuando se celebran las fiestas en San Salvador? Realmente hay datos que indican las fechas exactas del inicio de estas fiestas, que año con año, se celebran en agosto, del 1 al 6. El día 5 se celebra la "Bajada", en la que la efigie de Jesús, en procesión desde la Iglesia conocida como la Basílica del Sagrado Corazón, llega enfrente de la catedral. Va montada en un mundo, que se abre y es bajada la imagen, para subir posteriormente con las vestiduras resplandecientes. Miles son los que acompañan estas celebraciones. En lo personal solamente recuerdo unas cuantas veces en la que asistí a esta procesión en especial. Puede que vaya este próximo 5, pero así como está lloviendo, difícil quiera ir a agarrar un resfriado.
Las tradiciones, sin embargo, están desapareciendo, a pesar de la cantidad de gente que todavía puede llenar la plaza Barrios, o Centro Cívico. Todo ello, es mi propia e independiente opinión, debido al crecimiento de las sectas evangélicas. Con esta opinión quisiera aclarar que uso los términos que considero deben utilizarse, pese a que dejo a un lado mi educación como católico (claro, no soy ni ortodoxo ni heterodoxo, sino todo lo contrario...), pues también los católicos tienen mucho que ver en la pérdida de las tradiciones. Por otro lado, no creo que las tradiciones que teníamos los salvadoreños eran, o son, buenas o malas. El problema consiste en que las tradiciones son "buenas" si éstas logran una cohesión que haga de la gente un pueblo, en el sentido correcto de la palabra. Obviamente, ya dejamos los tiempos en que podíamos diferenciarnos en familias, tribus o pueblos. La conquista y la colonización, así como el desarrollo de las nuevas potencias que nos han llevado hasta el presente, han destruido lo que podríamos decir como tradiciones.
Mencioné eso de las sectas porque éstas comenzaron a florecer en tiempos de la guerra que nos desangró, y cuyas heridas aún no han sido curadas y están abiertas. Recuerdo incluso cuando un pastor de suramerica vino y "profetizó" que en el volcán de San Vicente iba a caer fuego, por los pecados de la gente que vivía allí. Una semana después se realizó uno de las primeras acciones militares del ejército en contra de la guerrilla instalada en las faldas del volcán. La llegada de pastores, de iglesias cuya sede se podían trazar hasta los Estados Unidos (no se si hasta Langley, pero no me atrevo a asegurar nada), fue masiva. La represión de esa época terrible llevó a que el evangelio predicado por los pastores evangélicos fuera más aceptable que la que predicaban los sacerdotes comprometidos con la gente y que se basaban en lo que se conoció como Teología de la Liberación. Hoy, hay colonias que tienen hasta cinco "iglesitas" en una sola manzana, incluyendo fuerte presencia de "maras". ¿implica esto que hay "vasos comunicantes" entre iglesias y maras? No. Definitivamente no, pero esto demuestra que la acción de las sectas evangélicas no son eficaces para contener el fenómeno social (y político) de las "maras".
Pero, volviendo a las fiestas, hay que mencionar que las fiestas han llegado a significar solamente vacaciones, como todas aquellas fechas en la que la población celebraba algo que tenía sentido para ellos. No es posible recuperar el sentido de las mismas, pese a lo que la iglesia católica podría desear. No solo contribuyeron a desterrar estos significados, sino que han alienado todo el sentimiento de pertenencia de los pueblos. Por un lado buscan una interpretación muy antojadiza de un libro que no fue escrito para el trópico y, por otro, se han convertido en iglesias de superación personal cuasi brujeril. Al Dios que adoran lo han convertido en un poderoso talismán que les asegura estabilidad económica a nivel personal, sin importar al hermano de la par, a pesar que entre ellos se llaman hermanos.