¿Desde cuando se celebran las fiestas en San Salvador? Realmente hay datos que indican las fechas exactas del inicio de estas fiestas, que año con año, se celebran en agosto, del 1 al 6. El día 5 se celebra la "Bajada", en la que la efigie de Jesús, en procesión desde la Iglesia conocida como la Basílica del Sagrado Corazón, llega enfrente de la catedral. Va montada en un mundo, que se abre y es bajada la imagen, para subir posteriormente con las vestiduras resplandecientes. Miles son los que acompañan estas celebraciones. En lo personal solamente recuerdo unas cuantas veces en la que asistí a esta procesión en especial. Puede que vaya este próximo 5, pero así como está lloviendo, difícil quiera ir a agarrar un resfriado.
Las tradiciones, sin embargo, están desapareciendo, a pesar de la cantidad de gente que todavía puede llenar la plaza Barrios, o Centro Cívico. Todo ello, es mi propia e independiente opinión, debido al crecimiento de las sectas evangélicas. Con esta opinión quisiera aclarar que uso los términos que considero deben utilizarse, pese a que dejo a un lado mi educación como católico (claro, no soy ni ortodoxo ni heterodoxo, sino todo lo contrario...), pues también los católicos tienen mucho que ver en la pérdida de las tradiciones. Por otro lado, no creo que las tradiciones que teníamos los salvadoreños eran, o son, buenas o malas. El problema consiste en que las tradiciones son "buenas" si éstas logran una cohesión que haga de la gente un pueblo, en el sentido correcto de la palabra. Obviamente, ya dejamos los tiempos en que podíamos diferenciarnos en familias, tribus o pueblos. La conquista y la colonización, así como el desarrollo de las nuevas potencias que nos han llevado hasta el presente, han destruido lo que podríamos decir como tradiciones.
Mencioné eso de las sectas porque éstas comenzaron a florecer en tiempos de la guerra que nos desangró, y cuyas heridas aún no han sido curadas y están abiertas. Recuerdo incluso cuando un pastor de suramerica vino y "profetizó" que en el volcán de San Vicente iba a caer fuego, por los pecados de la gente que vivía allí. Una semana después se realizó uno de las primeras acciones militares del ejército en contra de la guerrilla instalada en las faldas del volcán. La llegada de pastores, de iglesias cuya sede se podían trazar hasta los Estados Unidos (no se si hasta Langley, pero no me atrevo a asegurar nada), fue masiva. La represión de esa época terrible llevó a que el evangelio predicado por los pastores evangélicos fuera más aceptable que la que predicaban los sacerdotes comprometidos con la gente y que se basaban en lo que se conoció como Teología de la Liberación. Hoy, hay colonias que tienen hasta cinco "iglesitas" en una sola manzana, incluyendo fuerte presencia de "maras". ¿implica esto que hay "vasos comunicantes" entre iglesias y maras? No. Definitivamente no, pero esto demuestra que la acción de las sectas evangélicas no son eficaces para contener el fenómeno social (y político) de las "maras".
Pero, volviendo a las fiestas, hay que mencionar que las fiestas han llegado a significar solamente vacaciones, como todas aquellas fechas en la que la población celebraba algo que tenía sentido para ellos. No es posible recuperar el sentido de las mismas, pese a lo que la iglesia católica podría desear. No solo contribuyeron a desterrar estos significados, sino que han alienado todo el sentimiento de pertenencia de los pueblos. Por un lado buscan una interpretación muy antojadiza de un libro que no fue escrito para el trópico y, por otro, se han convertido en iglesias de superación personal cuasi brujeril. Al Dios que adoran lo han convertido en un poderoso talismán que les asegura estabilidad económica a nivel personal, sin importar al hermano de la par, a pesar que entre ellos se llaman hermanos.
Las tradiciones, sin embargo, están desapareciendo, a pesar de la cantidad de gente que todavía puede llenar la plaza Barrios, o Centro Cívico. Todo ello, es mi propia e independiente opinión, debido al crecimiento de las sectas evangélicas. Con esta opinión quisiera aclarar que uso los términos que considero deben utilizarse, pese a que dejo a un lado mi educación como católico (claro, no soy ni ortodoxo ni heterodoxo, sino todo lo contrario...), pues también los católicos tienen mucho que ver en la pérdida de las tradiciones. Por otro lado, no creo que las tradiciones que teníamos los salvadoreños eran, o son, buenas o malas. El problema consiste en que las tradiciones son "buenas" si éstas logran una cohesión que haga de la gente un pueblo, en el sentido correcto de la palabra. Obviamente, ya dejamos los tiempos en que podíamos diferenciarnos en familias, tribus o pueblos. La conquista y la colonización, así como el desarrollo de las nuevas potencias que nos han llevado hasta el presente, han destruido lo que podríamos decir como tradiciones.
Mencioné eso de las sectas porque éstas comenzaron a florecer en tiempos de la guerra que nos desangró, y cuyas heridas aún no han sido curadas y están abiertas. Recuerdo incluso cuando un pastor de suramerica vino y "profetizó" que en el volcán de San Vicente iba a caer fuego, por los pecados de la gente que vivía allí. Una semana después se realizó uno de las primeras acciones militares del ejército en contra de la guerrilla instalada en las faldas del volcán. La llegada de pastores, de iglesias cuya sede se podían trazar hasta los Estados Unidos (no se si hasta Langley, pero no me atrevo a asegurar nada), fue masiva. La represión de esa época terrible llevó a que el evangelio predicado por los pastores evangélicos fuera más aceptable que la que predicaban los sacerdotes comprometidos con la gente y que se basaban en lo que se conoció como Teología de la Liberación. Hoy, hay colonias que tienen hasta cinco "iglesitas" en una sola manzana, incluyendo fuerte presencia de "maras". ¿implica esto que hay "vasos comunicantes" entre iglesias y maras? No. Definitivamente no, pero esto demuestra que la acción de las sectas evangélicas no son eficaces para contener el fenómeno social (y político) de las "maras".
Pero, volviendo a las fiestas, hay que mencionar que las fiestas han llegado a significar solamente vacaciones, como todas aquellas fechas en la que la población celebraba algo que tenía sentido para ellos. No es posible recuperar el sentido de las mismas, pese a lo que la iglesia católica podría desear. No solo contribuyeron a desterrar estos significados, sino que han alienado todo el sentimiento de pertenencia de los pueblos. Por un lado buscan una interpretación muy antojadiza de un libro que no fue escrito para el trópico y, por otro, se han convertido en iglesias de superación personal cuasi brujeril. Al Dios que adoran lo han convertido en un poderoso talismán que les asegura estabilidad económica a nivel personal, sin importar al hermano de la par, a pesar que entre ellos se llaman hermanos.
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