lunes, 27 de septiembre de 2010

Sobre mediocridades


Me parece muy interesante lo que escribe Miguel Angel Chinchilla. Estoy de acuerdo con el. Va en el mismo sentido de lo que ya he escrito en algun lugar (y no he publicado): nos manipulan en muchos sentidos. Y, sin contar con el permiso de este escritor, transcribo este pequeno ensayo:


SOBRE MEDIOS Y MEDIOCRISMOS
por Miguel Angel Chinchilla Amaya

Hace algunos días me llegó por Internet un breve texto de Noam Chomsky, tomado de otro texto mayor titulado “armas silenciosas para guerras tranquilas”. El texto en alusión se trata sobre una lista escrita por Chomsky, acerca de las “10 estrategias de manipulación a través de los medios”.

Realmente nada nuevo, nada que Goebbels haya dejado de poner en práctica: 1-la distracción, primordial para el control social; 2-la creación de problemas con soluciones incluidas; 3- la gradualidad o lo que es igual meterla despacito; 4- también la estrategia de diferir pensando siempre en el bien público (no es el momento todavía); 5- utilización de la técnica del receptor menor de edad (yo papá tú hijo); 6- explotar las emociones más que las reflexiones, desarrollando fobias, miedos, temores o inducción de comportamientos; 7- desarrollar la ignorancia a través de una educación deficiente; 8- Estimular al público hacia la mediocridad; 9- hacer que el receptor se sienta autoculpable por sus fracasos; y 10- la estrategia del big brother que te vigila todo el tiempo y te conoce más de lo que tú mismo.

De estas diez estrategias quiero referirme en esta ocasión a la número 8, que aborda el tema de la estimulaciòn al público a ser complaciente con la mediocridad, promoviendo como moda el hecho de ser estúpido, truculento, chocarrero, vulgar e inculto.

Eso es exactamente lo que ha sucedido últimamente en nuestro país, con el traído y llevado fenómeno “king flip”, que se trata precisamente de los medios apoyando el mediocrismo, no sólo del joven con pretensiones de rapero sino también del oportunismo de quienes manipulan los hilos detrás de bambalinas. El fenómeno “king flip” me recuerda un famoso chiste sobre Pedro Urdemales, que más por espacio que por decoro voy a omitir en esta oportunidad.

El mentado “king flip” es el ejemplo clásico de la complacencia cantinflesca mezclada con cierta dosis de compasión, como ensalada de emociones aderezada por supuesto con muchas lágrimas de “pobrecito el cipote se lo merece”, más una cucharada sopera de ignorancia supina y un truculento nacionalismo falto por todos lados de conciencia umbilical.

Otro caso de inducción al mediocrismo es el de esta niña llamada Daniela, dueña por cierto de unos ojos preciosos, y que quién sabe por qué razón, hecho, circunstancia o milagro, logró colarse en la Academia Bicentenaria de TvAzteca, sin poseer la pobre niña las cualidades necesarias básicas como cantante, porque no es lo mismo el karaoke entre amigos que desafinar en televisión. Realmente la pobre Daniela llegó a México para hacer el ridículo, pero la culpa no es de la chica con pretensiones de Chakira, sino del mediocrismo con que se manejó la escogitaciòn local, a raíz de lo cual bien se podrían crear dos que tres historietas al estilo de los culebrones que produce el canal mejicano de marras, desde luego con muchos besos, escenas atrevidas y miradas que matan.

Otro ejemplo de mediocrismo mediático tiene que ver con una reciente experiencia personal. En el marco del 189 aniversario de la Independencia en Centro América, la producción de un programa juvenil de un canal de TV (por cierto el mismo que promueve a King Flip), me entrevistó sobre algunos aspectos de la Independencia y sus próceres; pero cuál fue mi sorpresa cuando al mirar al aire la edición de la mentada entrevista, me entero que le habían mutilado lo que yo expresé acerca de que Josè Matìas Delgado había muerto excomulgado por el Vaticano, y también lo que dije sobre la traición de Manuel Josè Arce a la Patria cuando este señor fue el primer presidente de la Federación Centroamericana. Además de dicha mutilación con sabor a censura, me identificaron en la data con un rótulo que decía HISTORIADOR, cuando yo les insistí desde un principio que mi oficio es escritor, así dice en el DUI. Pero bueno, todo ello es parte del mediocrismo que estos medios pretenden imponer.

Además, si hablamos de mediocrismo y truculencias, qué les puedo decir de esa aberración trasnochada de cantar el himno nacional en idioma nahuat. Aparte de convertirse en un cínico insulto para los pueblos originarios, es como querer mezclar el aceite con el agua, es como querer vestir de chapetón al Indio Aquino que según la cultura oficial sigue siendo un forajido, es como cantar el himno gringo en el idioma de los sioux o los cheyennes, es rebalsar el gusto atrofiado de la cultura ladina, es una bayuncada, digamos una guanacada de las peores. Si quieren cantar algo en nahuat les recomiendo acudir a María de Baratta ¿la conocen?.

Así las cosas el maestro Chomsky constantemente está alertándonos contra la manipulación que ejercen los grandes medios sobre nuestras conciencias y sobre nuestras vidas. Nos induce el lingüista norteamericano a formar criterio, a ser reflexivos afinando el gusto, a no dejarnos distraer, a permanecer en vigilia constante ante el riesgo subliminal de la seducción, a estar siempre buzos y buzas, eso espero de todo corazón por el bien de las contradicciones y antes de que llegue el sexto sol ¡Abur!

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