Es difícil separarse de un mundo en que la idiotez, lo he dicho muchas veces, se ha convertido en la norma. Basta hacer un recuento de las noticias, de como se redactan y de lo que devienen en el tiempo.
El problema es que, como Galileo, no es conveniente andar proclamando la estulticia de los poderosos, mejor decir: "Y sin embargo, se mueve". O como los niños del cuento: "El rey esta desnudo".
Pero nos quieren asustar, mantener en ese estado patológico, para someternos a sus deseos y llevarse la riqueza para sus cuevas.
Pero el mundo sigue dando vueltas.
jueves, 5 de mayo de 2011
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