Tres poderes conforman el estado de nuestro país. Uno, el Ejecutivo, en el que cualquier ciudadano puede ser el Presidente de la República. Otro, el Legislativo, en el que también un ciudadano cualquiera puede ingresar a la Asamblea Legislativa. Y al Poder Judicial no se puede entrar si no se es abogado. ¿Por qué? Es que las leyes deben interpretarse. Las leyes pueden ser hechas por ciudadanos corrientes, pero tienen que ser interpretadas por abogados. A mi no me suena lógico.
También se dice que para ocupar puestos como el de Fiscal General, Procurador de los Derechos Humanos, no se debe tener filiación politica ni tener inclinación por alguna ideología. Es decir, si todos, todos sin excepción, los ciudadanos tuvieran el deseo de participar políticamente en la pista (del circo) de la politica nacional, no habría nadie en capacidad de ocupar el puesto de Fiscal ni de Procurador.
Para poder ser electo por voluntad popular se tiene que pertenecer a una entidad partidaria. Y si, para este caso, todos los ciudadanos deciden no pertenecer a ningún partido político, nadie podría salir electo, a pesar que quisieran participar en las elecciones.
Es una reducción al absurdo, es claro. Pero hay una lógica que nadie se cuestiona. Y seguimos imitando a quienes no son objeto de imitación.
sábado, 23 de julio de 2016
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