Para encontrar el camino en una selva tropical, de las que ya pocas están quedando, hay que tener un buen ojo para no perderse. Hay tantos árboles, arbustos, hierbas y muchos animales camuflageados. Al igual que las cosas que pasan en nuestro pequeño y triste país.
¿Qué es lo que debemos ver?
Claro que debemos ver lo que está pasando. Pero no es todo lo que sucede, ni quiere decir que se va a lograr lo que declaran los funcionarios que hoy ocupan el escenario de este circo. No me atrevería a definir qué es lo que pasa, pero tampoco creo que solamente han sido las voluntades de algunos funcionarios lo que ha decantado en el sensacionalismo de apresar a personalidades del país.
martes, 23 de agosto de 2016
Fiscalía
Las contradicciones que se dan en la sociedad nuestra se ven reflejadas en las actuaciones de la Fiscalía. Por un lado se persigue a un grupo de corruptos (que no lo serán sino hasta que se pruebe que en realidad lo son, legalmente); pero se ha dejado de perseguir otros corruptos que pudieron haberse enriquecido, robado, más que los presentes. Pero un ladrón de 1 centavo es un ladrón, lo mismo que el que roba millones, también es ladrón.
Pero perseguir el delito, comentando lo que se encontró en la casa del fulano investigado, o divulgar a la prensa de contratos encontrados no lo creo ético. No sé si esto es legal, pues no soy abogado (roba más un abogado con maletín que un ganster con metralleta, decía Don Corleone), pero me parece que es afirmar un delito fuera del juzgado.
Esperaremos a ver si no es parte de un show, o es real. Yo no me divierto, por cierto.
Pero perseguir el delito, comentando lo que se encontró en la casa del fulano investigado, o divulgar a la prensa de contratos encontrados no lo creo ético. No sé si esto es legal, pues no soy abogado (roba más un abogado con maletín que un ganster con metralleta, decía Don Corleone), pero me parece que es afirmar un delito fuera del juzgado.
Esperaremos a ver si no es parte de un show, o es real. Yo no me divierto, por cierto.
domingo, 21 de agosto de 2016
LIBRE ALBEDRÍO
Según los recientes estudios de la neurociencia se nos dice que no somos nosotros los que decidimos. Segundos antes de tomar una decisión, nuestro cerebro ya ha tomado la decisión. Solamente la seguimos. Y se nos dan muchos ejemplos, desde los más simples hasta los que, en apariencia, son más complejos por el modo en el que tomamos nuestras decisiones.
En primero lugar es el ambiente en el que vivimos el que nos hace tomar una decisión. Incide también la formación que tenemos. Un doctor tomará decisiones distintas, en cualquier circunstancia, que las que podría tomar un ingeniero. No digamos la diferencia entre un religioso y un militar. Ambos tomarán decisiones que le son pertinentes a su formación. Y si nos vamos a los ambientes, un hombre del Oriente tomará decisiones dependiendo de su cultura, distintas a las que tomaría un hombre latinoamericano.
Entonces, ¿donde queda el libre albedrío?. Decimos que lo que define al hombre es que tiene libre albedrío; él decide qué hacer, cómo hacer, cuando ... Sin embargo, sabemos que no es así.
Sociológicamente nos dicen que la propaganda, la presión del grupo nos hace comportarnos y tomar decisiones que no cuestionamos y tomamos como nuestras. No existe el libre albedrío.
Alberto Sordi, en una comedia, se transforma en un obispo que se encuentra atrapado por tres días en un ascensor de un edificio cuyos inquilinos no se encuentran debido a una temporada de vacaciones. Casualmente comparte esa desgracia con una guapa mujer. Dentro de todo lo que les sucede tienen relaciones sexuales. Sin embargo, al rescatarlos, la mujer se enorgullece de haber tenido relaciones sexuales con el obispo, a lo que el obispo le dice categóricamente que no pasó nada. Y se lanza a un discurso sobre el libre albedrío. Solamente cuando tenemos oportunidad de negarnos a nosotros mismos, a nuestros egoismos, puede hablarse de libre albedrío. Y aunque cómicamente lo dijo Sordi, lo cierto es una buena explicación del libre albedrío, puesto que no le quedó más que hacer lo que su naturaleza le pedía y no hubo oportunidad de hacer lo contrario. No se trata de escoger entre el bien y el mal, sino que solamente hacemos uso del libre albedrío cuando nuestras decisiones que se tornan en acciones se salen del marco del inconsciente, que es quien nos domina.
En primero lugar es el ambiente en el que vivimos el que nos hace tomar una decisión. Incide también la formación que tenemos. Un doctor tomará decisiones distintas, en cualquier circunstancia, que las que podría tomar un ingeniero. No digamos la diferencia entre un religioso y un militar. Ambos tomarán decisiones que le son pertinentes a su formación. Y si nos vamos a los ambientes, un hombre del Oriente tomará decisiones dependiendo de su cultura, distintas a las que tomaría un hombre latinoamericano.
Entonces, ¿donde queda el libre albedrío?. Decimos que lo que define al hombre es que tiene libre albedrío; él decide qué hacer, cómo hacer, cuando ... Sin embargo, sabemos que no es así.
Sociológicamente nos dicen que la propaganda, la presión del grupo nos hace comportarnos y tomar decisiones que no cuestionamos y tomamos como nuestras. No existe el libre albedrío.
Alberto Sordi, en una comedia, se transforma en un obispo que se encuentra atrapado por tres días en un ascensor de un edificio cuyos inquilinos no se encuentran debido a una temporada de vacaciones. Casualmente comparte esa desgracia con una guapa mujer. Dentro de todo lo que les sucede tienen relaciones sexuales. Sin embargo, al rescatarlos, la mujer se enorgullece de haber tenido relaciones sexuales con el obispo, a lo que el obispo le dice categóricamente que no pasó nada. Y se lanza a un discurso sobre el libre albedrío. Solamente cuando tenemos oportunidad de negarnos a nosotros mismos, a nuestros egoismos, puede hablarse de libre albedrío. Y aunque cómicamente lo dijo Sordi, lo cierto es una buena explicación del libre albedrío, puesto que no le quedó más que hacer lo que su naturaleza le pedía y no hubo oportunidad de hacer lo contrario. No se trata de escoger entre el bien y el mal, sino que solamente hacemos uso del libre albedrío cuando nuestras decisiones que se tornan en acciones se salen del marco del inconsciente, que es quien nos domina.
sábado, 6 de agosto de 2016
Ecología Profunda
La Ecología Profunda tiene ocho principios bajo los cuales analiza todo evento, y en las ocasiones que es necesario hacerlo, de tal forma que toda actividad humana no atente contra la preservación del equilibrio en el que el ser humano se mueve.
Estos son los principios de la ecología profunda:
Estos son los principios de la ecología profunda:
Aunque parecen muy bonitos son bastantes tímidos en su esencia. El punto siete queda en el aire y, al parecer, es más que fundamental. Hay un consumo desmedido, pero la acumulación material de bienes no es para todos, no están en el mismo nivel de comparación.
- La riqueza y diversidad de formas de vida contribuyen a la realización de estos valores, y a su vez son valores en sí mismos.
- El bienestar y florecimiento de toda vida humana y no humana sobre la tierra tienen un valor en sí mismos (valor intrínseco). Estos valores son independientes de la utilidad que proporcione el mundo no-humano a los fines humanos.
- La humanidad no tiene derecho a reducir esta riqueza y diversidad excepto para satisfacer sus necesidades vitales básicas.
- El desarrollo de la vida humana y de su cultura es compatible con un sustancial decrecimiento de la población humana actual. El desarrollo libre de la vida no-humana requiere necesariamente ese decrecimiento.
- La interferencia actual del hombre en el mundo natural no-humano es excesiva, y la situación está empeorando rápidamente.
- Por tanto las políticas actuales han de ser cambiadas. Estas políticas afectarán a la economía básica, a la tecnología y a las estructuras ideológicas. Los temas resultantes de estas políticas serán muy diferentes a los actuales.
- El cambio ideológico está principalmente relacionado en apreciar la calidad de la vida muy por encima del intento de conseguir para sí un mayor nivel de vida basado en el consumo desmedido y la acumulación material de bienes. Existirá una profunda conciencia de la deferencia entre grande (cantidad) y grandioso (cualidad).
- Aquellos que suscriban estos puntos tienen la obligación de, directa o indirectamente, intentar aplicar los cambios necesarios.
viernes, 5 de agosto de 2016
Bushido
Son siete los principios del Bushido, o camino del Guerrero:
1. Yu - Coraje;
2. Rei - Cortesía;
3. Jin - Compasión;
4. Gi - Justicia;
5. Meiyo - Honor;
6. Chugo - Lealtad ;
7. Makoto - Sinceridad.
1. Yu - Coraje;
2. Rei - Cortesía;
3. Jin - Compasión;
4. Gi - Justicia;
5. Meiyo - Honor;
6. Chugo - Lealtad ;
7. Makoto - Sinceridad.
Son, como todo principio de conducta, una guía para el comportamiento que persigue un fin. Se puede decir que un principio forma parte de un eje estratégico para el logro de objetivos específicos.
Los principios del Bushido son impresionantes y, hasta cierto punto, dan una pauta para aquellos que no somos Samurai pudieramos adoptarlos, y adaptarlos, a nuestra propia vida. Y si vemos los siete principios, son encomiables.
Pero no nos confundamos. Estos principios son para hombres dedicados a la guerra. No tienen sentido si no hay guerras o enemigos que aniquilar. No se tratan de principios de hombres pacíficos en la búsqueda de una verdad eterna o de una paz duradera entre los hombres. ¿Qué coraje se necesita para cortarle la cabeza a un enemigo muerto? o, ¿Compasión?. Los principios del Bushido son principios para acondicionar el comportamiento en batalla; y, para la guerra a guerreros dedicados a las matanzas.
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