sábado, 18 de febrero de 2012

Ignorancia

“A nation of well-informed men who have been taught to know and prize the rights which God has given them cannot be enslaved. It is in the region of ignorance that tyranny begins.” Benjamin Franklin.

En estos días de "política" o politequería, no he querido ver muchos "debates", pues no solo me aburren, sino me ponen enojado. Sin mencionar a nadie en específico, ni con la intención de poner en el mismo saco a todos los políticos, nuestros líderes carecen de aquello que se dice "instrucción notoria". Sin embargo, todos tienen twetter o tienen su página en los archivos de la CIA, Facebook.

En general, todos, todos tenemos algo que decir en este contexto. Pero la mayoría de los políticos que he visto en la TV (y son pocos), solo dicen perogrulladas. Sobre todo lo digo por los políticos conservadores y de derecha.

Pero más allá de los debates, me impresionan los comentarios de algunas gentes que dicen cualquier cosa y, el colmo, hasta se enojan por el partido contrario a su preferencia. Por ser parte del periodo electorero se vale; pero, con un horizonte mayor, su posición solo demuestra ignorancia.

Un ejemplo de ello es la delincuencia que ha venido creciendo en el país. La mano dura, superdura y más dura que la dura no ha dado frutos. Y tiene sentido, la violencia de las pandillas parece obedecer a otros motivaciones que van más allá de la simple renta. Sobre todo en este periodo electorero. Habría que preguntarse a quien le conviene el estado de terror al que está siendo sometido la población. Es más fácil pedir un cambio de gobierno, sustituyendo la democracia por una dictadura que pueda manejar la delincuencia. Al final, y revisando las estadísticas de años anteriores, la delincuencia siempre ha cobrado enormes cuotas de vida, aún en los gobiernos militares que han habido en el país.

viernes, 17 de febrero de 2012

Sobre la religión

En el libro "Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844)" de Carlos Marx se encuentra la famosa frase: "la religión es el opio del pueblo". Y, como se supone, esta frase se utiliza como arma ya sea por los derechistas como por los izquierdistas. Roberto Rosellini interpretaba la frase en el contexto de la época en la que Carlos Marx la escribió. El opio era utilizado como sedante para los peores dolores y, como se dice antes de leer la frase, "La inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo."

Si leemos con mucha atención el párrafo encontraremos que el contexto no ha cambiado mucho. Con la excepción que la tecnología ha incrementado la capacidad para desbastar los espíritus de multitudes. Si no, veamos los movimientos de indignados, OWS y otros grupos sociales que demandan un puesto entre la opulencia en la que viven pocos en el mundo.

Pero también las interpretaciones intencionadas de aquellos que consideran que Marx tomó partido frente a la religion, en su contra, tienen su sentido. En especial cuando el contexto en el que se mueven las religiones hoy en día es de manipulación social por parte de aquellos que quieren que el status quo no cambie para nada.

No voy a ser el primero en defender la tesis de Marx, pero también quiero mencionar el hecho de que, siendo ateo, no se encuentra en sus escritos nada a favor del ateísmo militante, o en contra de la idea de la existencia de un Dios. La visión de los religiosos es maniquea, o todo negro o todo blanco, no hay matices ni colores en ese horizonte. Y, a raíz de la famosa frase, el marxismo se convirtió en enemigo de los fanáticos religiosos.

Con todos los problemas que se tienen en el país, específicamente, la desesperación ha servido de abono para el crecimiento de las iglesias de todo tipo y cuño. Hace unas décadas la influencia de la Iglesia Católica. Ahora ha decaido. No solo por los escándalos de los curas pederastas, sino por su abandono de la tradición que había mantenido por siglos y siglos. La teología de la liberación puso su grano de arena, no en si misma, sino porque fue atacada por organismos laicos del norte, que vieron un peligro a su hegemonía en las sociedades latinoamericanas. No solo había que combatir las tesis teológicas de dicha corrientes, sino introducir un sucedáneo, sin compromiso, a aquellos que necesitaban la religión para mitigar el dolor que significa vivir en una sociedad injusta.

Es común oir, hoy en día, discusiones sobre la religión en cualquier parte que se vaya. Hay discusiones sin límite sobre la adoración o veneración a la Virgen María o a los Santos. Se discute sobre la misa. Incluso se menciona al Papa como servidor del demonio. Al final, la comedia sigue y los problemas continúan sin resolver y los dueños del destino de nuestros países gozan con este carnaval de pasiones.

Sin importar lo que se crea, la fe que se profese o no se profese ninguna, no se debe olvidar el hecho de que solo el esfuerzo de todos hará que nuestros países sean libres de toda dominación. Y esto da para otras reflexiones.

martes, 14 de febrero de 2012

Música

La música es el lenguaje del alma, dicen algunos. Estoy de acuerdo. Sobre todo cuando veo géneros musicales como el reguetón, el perreo y otros, incluyendo los géneros estadounidenses como el hip hop. No hay duda que estas almas no pueden expresarse más allá de unos cuantas palabras.

Creo, también, que una de las señales en las que un pueblo puede identificarse a si mismo es mediante la música. Conocemos y sabemos reconocer a los mariachis como expresión de los mexicanos; al son como parte de los ritmos cubanos; la cumbia la asociamos con Colombia; el tango con Argentina y así. Pero en nuestro país, lejos de haber generado uno de los ritmos más interesantes como el Xuc (bendito Palaviccini), no hay otro género que nos identifique y que lo reconozcamos como nuestro. Incluso algunas melodías que se han convertido en nuevos cantos que nos hacen sentir el calor de nuestro terruño, como El Sombrero Azul, no son originales de nuestra propia gente.

Hace años, cuando estudiaba en la escuela, tuve algunas clases de música. Tal vez no en la forma disciplinada que debería de haber sido, pero me permitió conocer los fundamentos de la música. Ahora, con tristeza veo que no hay clases de música en las escuelas. Mi punto: introduzcamos la enseñanza de la música en todo el pensum de la educación primaria y educación media.

lunes, 13 de febrero de 2012

Opiniones informadas

Muchas veces conversamos no solo en forma superficial, que ya de por si es tonto, sino que lo hacemos sin mucha información. Y ni siquiera entendemos qué es lo que deberíamos saber, como mínimo, para poder emitir alguna información.
La guerra se vale de esta característica. Y nos estamos acercándonos cada vez más a una guerra que podría ser la última que se librará con bombas de alta tecnología. La siguiente, como decía A. Einstein, podría ser con piedras. Y nos acercan al negarnos la información que deberíamos tener en cuenta para opinar sobre las razones por la que merecen morir miles de miles de inocentes, como muchos niños y mujeres afganas, o iraquíes, o libios y sirios e iraníes.
Al no estar informados consideramos a los agresores como las víctimas y a estas últimos como agresores.

martes, 7 de febrero de 2012

En una tarde de calor

Los pensamientos van y vienen. A veces me pregunto por qué no se concretizan.
Me gustaría escribir un libro. ¿Sobre qué? Es el problema, decidirme. Hay tantos temas que se vuelven difíciles de hilvanar en una sola estructura. O puede ser que debo escribir muchos libros. Pero aún así es difícil.

Hace poco alguien me dio un libro de poemas. Me decía que lo iba a poder leer en poco tiempo. Pero eso no es así, los libros de poemas no se leen en una sola sentada, o en dos, o tres. No se puede poner tiempo a leer un poema, que no solo es como la música, sino que puede darnos a entender muchas cosas que ni el autor, el poeta, lo quiso concientemente.

Pero, ¿de que trataría mi libro? Parece ser que lo quisiera hacer sobre la vida, sobre el ser humano y su estupidez, reflejada en su falta de humildad y su mucha vanidad, ya sea por sentirse grande o por querer sentirse pequeño. O por pretender tener la verdad por el rabo, de un monstruo que tiene mil y una colas.

Por cierto, y me divago un poco, lamento la actuación de Monseñor Alas justificando la destrucción del mural que cubría la entrada de la Catedral. Por último, según los periodicos, dijo que el mural contenía símbolos masónicos. De ser cierto esta declaracion, guardemos nuestros libros y la misma Biblia, que contiene más de un símbolo masónico. La mayor parte de talleres abren sus operaciones en el libro de Ruth. Otros la abren en otra parte, pero no por ello hay que suprimir los capítulos.

La masonería tiene como fundamento el templo construído por Salomón. Hiram, el rey de Tiro, Salomón, rey de Jerusalem, y Hiram Abif, el arquitecto del templo, eran los unicos que sabían la palabra de pase, por la cual se entraba a los secretos más guardados de toda la obra, según la leyenda masónica. No por ello hay que expurgar a Salomón y a Hiram, rey de Tiro, de la Biblia. Y lo mismo se puede decir de Caín, padre o abuelo de los forjadores del hierro, cainitas que tenían poder sobre la tierra.

Lamentablemente, y que tire la primera piedra los que estén libres de todo pecado, la masonería también tiene sus leyendas negras. Al inicio tuvo revolucionarios en sus salones. Hoy, reaccionarios, en términos sociales. La Masonería siempre ha sido reaccionaria con relación a la sabiduría ancestral y tiene toda la razón, pues de esto se trata la masonería. Pero una cosa es la ciencia sagrada, entiéndase en el sentido masónico, y otra la política y la actividad social, en la cual han tomado hacia el retroceso.

Pero, volviendo a la decisión tomada por la Arquidiócesis (?) de San Salvador de botar el frente de la Catedral, me parece que allí hubo un crimen contra la cultura. En lo personal nunca me gustó la obra, pero recogía las ideas de un artista, al cual le encomendaron que la pusiera. Lo malo es que no se aprovechó a entregársela al artista, pues solo a él le correspondería destruirla, o venderla por pedazos. Pero, destruirla. Como decía mi abuelo: !Ingratos!