martes, 7 de febrero de 2012

En una tarde de calor

Los pensamientos van y vienen. A veces me pregunto por qué no se concretizan.
Me gustaría escribir un libro. ¿Sobre qué? Es el problema, decidirme. Hay tantos temas que se vuelven difíciles de hilvanar en una sola estructura. O puede ser que debo escribir muchos libros. Pero aún así es difícil.

Hace poco alguien me dio un libro de poemas. Me decía que lo iba a poder leer en poco tiempo. Pero eso no es así, los libros de poemas no se leen en una sola sentada, o en dos, o tres. No se puede poner tiempo a leer un poema, que no solo es como la música, sino que puede darnos a entender muchas cosas que ni el autor, el poeta, lo quiso concientemente.

Pero, ¿de que trataría mi libro? Parece ser que lo quisiera hacer sobre la vida, sobre el ser humano y su estupidez, reflejada en su falta de humildad y su mucha vanidad, ya sea por sentirse grande o por querer sentirse pequeño. O por pretender tener la verdad por el rabo, de un monstruo que tiene mil y una colas.

Por cierto, y me divago un poco, lamento la actuación de Monseñor Alas justificando la destrucción del mural que cubría la entrada de la Catedral. Por último, según los periodicos, dijo que el mural contenía símbolos masónicos. De ser cierto esta declaracion, guardemos nuestros libros y la misma Biblia, que contiene más de un símbolo masónico. La mayor parte de talleres abren sus operaciones en el libro de Ruth. Otros la abren en otra parte, pero no por ello hay que suprimir los capítulos.

La masonería tiene como fundamento el templo construído por Salomón. Hiram, el rey de Tiro, Salomón, rey de Jerusalem, y Hiram Abif, el arquitecto del templo, eran los unicos que sabían la palabra de pase, por la cual se entraba a los secretos más guardados de toda la obra, según la leyenda masónica. No por ello hay que expurgar a Salomón y a Hiram, rey de Tiro, de la Biblia. Y lo mismo se puede decir de Caín, padre o abuelo de los forjadores del hierro, cainitas que tenían poder sobre la tierra.

Lamentablemente, y que tire la primera piedra los que estén libres de todo pecado, la masonería también tiene sus leyendas negras. Al inicio tuvo revolucionarios en sus salones. Hoy, reaccionarios, en términos sociales. La Masonería siempre ha sido reaccionaria con relación a la sabiduría ancestral y tiene toda la razón, pues de esto se trata la masonería. Pero una cosa es la ciencia sagrada, entiéndase en el sentido masónico, y otra la política y la actividad social, en la cual han tomado hacia el retroceso.

Pero, volviendo a la decisión tomada por la Arquidiócesis (?) de San Salvador de botar el frente de la Catedral, me parece que allí hubo un crimen contra la cultura. En lo personal nunca me gustó la obra, pero recogía las ideas de un artista, al cual le encomendaron que la pusiera. Lo malo es que no se aprovechó a entregársela al artista, pues solo a él le correspondería destruirla, o venderla por pedazos. Pero, destruirla. Como decía mi abuelo: !Ingratos!

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