domingo, 11 de noviembre de 2018

Mirando desde la Estación Espacial

Ver al planeta Tierra desde el espacio exterior puede darnos una mejor perspectiva que la que podemos tener en nuestra casa, en nuestro trabajo, en el pueblo que habitamos o en el país en el que hemos vivido toda nuestra existencia. Porque lo veremos todo sin las fronteras que hemos hecho a través de una historia plagada de violencia. Entonces podremos tener una visión más objetiva que la que nos hacen ver los medios de comunicación.

Y comenzamos a ver lo que tenemos en nuestro pequeño país, en términos de espíritu social, preocupados en una elección que no elige más que retrasos, división y que nos remite a un ciclo a lo Sísifo, sin que nada se concluya y que todo vuelva a comenzar. Por un lado tenemos a los que se han aprovechado, desde el fin de la colonia, del robo, de la violencia establecida y organizada por el estado, para hacerse de todos los medios de producción. Y por otro, tenemos a un sector que, hoy por hoy, ha perdido el rumbo y quiere ser parte del mismo sistema que los ha mantenido apartados y marginados. En medio de estos, el sector que sirve de resorte para cualquier brote de cambio que pueda ocurrir.

Y tenemos unas caravanas que, vistas a quien le sirven, se las adjudican a una izquierda que ni siquiera se había percatado de la jugada que le hicieron. Trump salió con su ganancia, al utilizar a esas personas para justificar sus políticas de militarización fronteriza, jugando con el miedo al otro que tienen hoy las masas empobrecidas de un Estados Unidos que viene en decadencia. La izquierda muestra así su incapacidad de amalgamar todas las aspiraciones de la gente que se encuentra desesperada por el hambre y la inseguridad. Todo por no querer caer en que se les tilde de violentos. Hay mayor violencia en estas caravanas y en el hambre que las mueve que la lucha por el derecho al trabajo, al techo y a la paz y convivencia.

domingo, 24 de junio de 2018

Hablando de Futbol

Debo confesar que personalmente considero el futbol es un entretenimiento lateral. Pero este mundial que se celebra en Rusia me ha dado algo para reflexionar. En principio la pobreza de los narrados nacionales y, en segundo lugar, la pobreza espiritual que algunas selecciones han demostrado en esta jornada que recién empieza.
En principio, y me parece que es permitido, algunos comentaristas se inclinan hacia algunos equipos. Se dice que serán ganadores de algunas contiendas. Al menos así lo comentaron antes que los partidos comenzaran.  Lo que no se vale es que en los partidos se narre prejuciadamente. Aparentemente no lo hacen, pero se nota la pobreza con la que lo hacen. Y llegan al ridículo. Un ejemplo ocurrió en el partido México versus Alemania. Los comentaristas iban con Alemania. Al menos los comentaristas que escuché en televisión. Hubo una entrada de los alemanes en contra de la portería mexicana y se oye decir, luego de un tiro muy comprometedor, "y aparece el portero mexicano".  Es válido utilizar giros en el lenguaje, para hacer más amena cada intervención; pero los mexicanos tenían un buen portero. No se "apareció", allí estaba, bien plantado, atajando los balones de los alemanes.
Luego, tras la derrota de los panameños, con un elevado número de goles, 6 a 1, vino la entrevista con el director técnico colombiano. Y siguió con la entrevista con el jugador que metió el único gol por parte de Panamá. Ambos se subestimaron. El entrenador diciendo que los Alemanes eran mejores, más poderosos, que era imposible que ellos les hubieran ganado. Lo mismo, en otros términos, se refirió el jugador. Aunque objetivamente los alemanes tienen más experiencia, mejor estructura del negocio. Pero esto no es para sentirse menos. Ni para decir que por eso perdieron. Perdieron porque cometieron algunos errores estratégicos y tácticos, al menos esa es una explicación más sencilla y que coloca a los jugadores en el mismo nivel que los jugadores alemanes.
A ver que pasa luego ...

domingo, 25 de febrero de 2018

Una sola golondrina no hace verano ... pero puede que no sea la única

Se me hace difícil sentarme y ver las noticias sobre lo que ocurre en la península coreana. O el trato que está recibiendo Irán. Por un lado, no tengo toda la información necesaria para formarme una visión clara de lo que pasa. No creo en los argumentos de un energúmeno como lo es el Presidente de los Estados Unidos actual, Donald Trump. Ni los creería cualquiera que pudiera ser el presidente de esa nación. Toda su historia está basada en mentiras, prejuicios e intereses de dominio. Y no es una opinión, son hechos. Y esto se repite actualmente.

No puedo dejar de hablar así pues en la cuestión nuclear no tengo la suficiente fuerza para poder ser oído por todo el mundo. Sin embargo, una decisión que tome el presidente Trump, apoyado por el Pentágono y por las fuerzas del gobierno profundo de los Estados Unidos afectará a todo el mundo, incluyéndome a mi, que no soy nadie. La humanidad entera sufriría con un enfrentamiento nuclear. Los efectos no son predecibles.

Es por ello que levanto mi voz, a través de este sencillo blog, para protestar en contra de la bomba nuclear. No a la amenaza nuclear! No a la bomba nuclear! Basta de amenazas!

viernes, 16 de febrero de 2018

Elecciones

Hay elecciones en las proximidades. Esta vez son de Alcaldes y Diputados. Y muchos están enfocados en esta actividad. De mi parte he decidido no oír a nadie, a ningún candidato, a ningún partido. Lo hago en forma intensionada y consciente. Pero no caigo en el error de creer que la política y los políticos son corruptos. Eso ha sido así desde el inicio de la civilización. Los que hoy por hoy mencionan la decepción que sienten por la corrupción solamente están siguiendo la corriente de aquellos que quieren manipular la opinión pública para sus propios fines. 

Creo que la mejor opción es oirlos, a pesar del hecho que yo no los oigo. Pero es sencillo oirlos y ver entre los candidatos o de los partidos, quienes nos convienen.

En primer lugar, hay que saber que la vida moderna nos puede confundir. Se nos habla de progreso y se nos hace ver que el progreso son edificios nuevos, carreteras nuevas, de aumentar la seguridad ciudadana, de dar nuevas leyes para el primer trabajo, construir ciudades de jóvenes o de mujeres. Todo bonito; pero es como oir llover. No hay nada en concreto. Pero, lejos de eso, también se puede leer lo que proponen, que no es vida, todo lo contrario. 

Es que si algo no tiene como propósito generar vida, facilitar la interrelación como pueblo, su propósito final es la muerte, como uno quisiera entenderla.


miércoles, 14 de febrero de 2018

Masonería o el miedo a lo desconocido y el odio a lo que no se comprende

En Facebook y en Youtube veo con frecuencia páginas antimasónicas. También en Blogger se pueden encontrar estas páginas. Y casi todas tienen algo en común, los que las escriben, editan o filman no son masones; pero dicen conocer los secretos más íntimos de la masonería. 
Por mi parte no pretendo conocer la masonería. Tendría que ser un erudito, que no lo soy, en estos temas. Pero tampoco puede decir que es una sociedad dedicada a apoderarse del mundo, imponiendo una agenda diferente a lo que se supone tiene el mundo en general.
Se dice que quieren tener un gobierno único. También se dice que quieren hacer una sola religión. Lo curioso es que ese era el intento de muchos imperios en la antiguedad, o de algunas grandes religiones como el Islamismo y el Cristianismo, que fuera de ellos no hay posibilidad de salvación una vez muertos fuera de esas creencias. En cambio, en la masonería se respeta la libertad de cultos. Lo que sí se predica es la unidad humana, la fraternidad universal, que es diferente a una sola creencia, bajo un solo mandato. 
He oído de boca de obispos las maldiciones en contra de la masonería, de aquella creencia en la que detrás de esta organización estaba el comunismo y los judíos. Me asustó al oír ese anatema en boca de un representante de la jerarquía eclesial. Me asustó porque tenía apenas unos 12 años de edad. Hoy, con todo el tiempo que ha pasado, y ha pasado toda una historia, me doy cuenta que asustaba con el petate del muerto. La Masonería no es lo que se dice.
Han habido masones, de carne y hueso, cuya conducta es repobable. Pero, visto desde una perspectiva más amplia, todas, todas las organizaciones tienen sus pécoras negras. OXFAM, en estos últimos días, por ejemplo, ha pasado a ser una ONG digna de respeto a una organización de depravados sexuales, todo por unos cuantos degenerados. Y lo mismo se puede decir de otras organizaciones. Pero no se trata de condenar a nadie, sino poner todo en perspectiva.
La masonería no trata de defenderse. No le hace falta. Ingresan a sus filas personajes de todo tipo. Los filtra, pero se le escapan muchos. Pero tampoco impide su salida. Algunas veces se equivoca. Otras veces se deja llevar por la política del momento. Y se puede equivocar totalmente, sobre todo cuando trata de inmiscuirse en lo que no le concierne como Orden. Franco, el general, promulgó una ley en la que ponía en el mismo saco a la masonería con el comunismo. Hoy, algún oriente acusa de comunista a un régimen, sacándolo del saco en el que están juntos.
Pero, sin desviarnos sobre el tema, la masonería no pretende influir en estados o naciones. Se mantiene al margen como organización.  De lo que se trata es formar a un hombre moralmente. Y como tal se vale de un método en el que utiliza símbolos para exponer la forma en la que deben moverse, crecer, todos los hombres que ingresan a sus filas.
De lo que se trata pues, es de hacer hombres que buscan la verdad. Hacer hombres que amen la vida, que la fortalezcan, que hagan un mundo mejor, de fraternidad plena.

jueves, 4 de enero de 2018

Mentirse a sí mismo

Si. Lo más fácil es mentirse a sí mismo. Así lo hago con frecuencia. Trabajo desde la Masonería en la debastación de la piedra bruta y me doy cuenta que no logra tomar forma. Todavía el trabajo está inconcluso, pese a los años en que he trabajado.

Hace 17 años me enamoré perdidamente de una mujer muy bella. Hace menos de un mes la volví a ver. 17 años pasé nombrando su nombre todos los días, a sabiendas que no podía ni acercarme para decirle un hola. Pero en esta ocasión me sentí transportado de nuevo a los 17 años atrás. Si en aquella ocasión, la última vez que hablé con ella, vi su alma; en esta ocasión volví a ver de nuevo su alma. Y puedo decir que reconocí mi alma gemela en ella. Pero tuve que alejarme nuevamente, pues ni ella ni yo vivimos en la misma ciudad, digo, en el mismo país. Y, a estas alturas de mi vida, dejaría todo para llegar donde ella y empezar mi vida sin nada, con la idea de acompañarla por siempre.

Y lo digo así, abiertamente, porque en esto no me puedo dejar de mentirme. Me he mentido antes, deseando que su recuerdo se me olvidara. Pero no, todos los días, desde que me vine de su país hace 17 años, he repetido su nombre cada vez que me encontraba solo. Y aún lo sigo haciendo. Me he mentido que ella no me hace falta. Sin embargo, oigo canciones y su figura se me aparece en las palabras que los cantantes expresan. Y el sentimiento que me surge me hace derramar lágrimas. 

Fácil decir que me llama el sexo. Y si, me llama, no lo puedo negar. Pero prefiero llamarlo amor, pues quisiera estar con ella cuidándola, pendiente de sus deseos, abrazando su alma más que su cuerpo. Pero difícil es que las cosas se materialicen, al menos en estos momento. Yo iré nuevamente a verla. Y tomaré una decisión. Pero no puedo decir que hay correspondencia. Ojalá y si la haya.

lunes, 1 de enero de 2018

Felicidad

¿Qué es Felicidad? ¿Cómo se logra? Definiciones hay muchas. Pero cada quien define su propia felicidad, o infelicidad, ¿no? Para unos es ver un partido clásico español; lo que obviamente a mi no se me ocurriría pensar en que eso tiene un valor sino algo secundario para pasar el rato. Para otros, felicidad es una fiesta, una compra, lo que momentáneamente nos haga sentir bien.

Y, ¿para mi? De hecho, siempre me siento feliz, desde que descubrí que todo, absolutamente todo, es para nuestro propio bien. Últimamente he llorado y bastante, soy un poco naco por cierto. Me he sentido joven de nuevo, me he sentido capaz de amar, sin que por ello logre correspondencia. Pero no importa, me hace sentir joven. Y he sentido la necesidad de dar, de compartir mi ser, mis ideas, mis observaciones sobre lo que significa mi vida y el objetivo que tengo trazado. Soy feliz y deseo que todos seamos felices.