sábado, 14 de abril de 2012

Colonialistas

Hay cosas que se deben de decir. La próxima cumbre de las Américas, por ejemplo, está plagada de sin sentidos. El principal, la ausencia de Cuba. Y no menos importante, el tema de las Islas Malvinas, que pertenecen al continente americano.

La posición asumida por varios países de nuestra América Latina está muy clara: no habrá más cumbres de tal tipo si no se acepta la presencia de Cuba, o si no se resuelve el problema de Haití. El problema de Argentina es mucho más amplio. En primer término, y que compete a la cumbre, es sobre las Malvinas y a lo que Canada no tiene derecho, ninguno, de opinar. Siendo una monarquía parlamentaria, en la cual la reina Isabel II es la reina gobernante, poco puede opinar sobre colonialismos. Triste no?

Pero hay otro tema que debemos tener presente. Es el tema de YPF, filial de la española Repsol. Los detalles de la discusión son difíciles de obtener, al menos al momento y para nosotros, que lejos estamos de la mesa de negociaciones. Si entendemos que hay una falta a los contratos hechos por los españoles y que, por lo mismo, se tiene que pagar una penalidad en términos de acciones. Lo que molesta, al leer sobre el tema, es la actitud del gobierno español (preocupado también por el problema del rey, accidentado en sus días de reposo en las sabanas africanas, llenas de elefantes y otros animales en vías de extinción y que él quiere colaborar en que sea más rápida). AP habla que amenaza a la Argentina en convertirla en "apestada internacional". Sea cierto o no, puede ser un ex abrupto de un funcionario, lo cierto es que AP abona a que nuestros países continúen sometidos a los poderes coloniales, en este caso el patético poder español (lo digo así porque, fuera que exterminó a nuestros ancestros en esta tierra bendita, su poder nunca alcanzó el poder de otros poderes coloniales, como el británico - pero este es otro cuento).

Creemos que los vientos que soplan en este planeta son vientos muy peligrosos. Esperemos que el desastre de Fukushima no termine de agrandarlos, ni que la insensates y locura de los Israelistas y los militares gringos pongan también en peligro a nuestra especie. Peligrosos, pero también esperanzadores.

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