sábado, 21 de abril de 2012

Energía para el futuro

Oyendo un programa de opinión, en una de las radios nacionales, me sentí frustrado cuando oí a uno de los más reconocidos "ecologistas" opinar sobre la construcción de la represa El Chaparral. La frustración fue por oir la pobreza de argumentos con los que se presentaba en la defensa del ambiente y, en ese caso, los conceptos bastante difusos con relación a la importancia de la construcción de dicha represa.

Pero, antes, me explico. Como la mayoría de ciudadanos conscientes del respeto que debemos de tener a las leyes de nuestra madre tierra, creo que una represa no puede pensarse en satisfacer solamente un objetivo que, en este caso, está enfocado en la producción de un bien negociable, como lo es la energía eléctrica. También estoy en contra de la construcción de la represa El Chaparral.

Mi frustración, como decía, viene de oir los pobres argumentos que se emplean y que me llevan a pensar en que lejos de oir argumentos sólidos, estamos delante de uno de los representantes de los criptorevolucionarios. No es solo la defensa del ambiente la que debe interesarnos. Es la defensa de la vida humana y, como tal, es la defensa de un proyecto que lleve hacia el socialismo como forma de vida de la sociedad. Pensar en oponerse a la construcción de la represa resulta inútil si lo hacemos pensando en los limitados términos que se oyen y leen en los distintos medios en que se logran hacer oir.

Uno de los términos en que se expresan los ecologistas es que la energía se venderá a otros países y no en El Salvador. Creo que el contra argumento que sugeriria es que si se vendiera en el país, garantizando la venta, ¿estaría bien construirla? También se hace uso de fotos de lo que se perdería o de la pobreza que existe en la zona y que se agravaría con la construcción. Es claro que así sería, pero aún así siempre vendrán los constructores a vender espejitos y, al final, se tendría que construir.

En el programa radial al que hice referencia al inicio de esta reflexión, se decía que, en términos muy difusos, que nuestro país no necesitaba de la energía de la represa El Chaparral. ¿Qué datos aportó? Ninguno. Pero es natural que solo el crecimiento de la población en nuestro país hará que haya más necesidad de energía eléctrica, aunque sea para encender un foco por cada familia nueva que se vaya formando. Necesitaremos energía en un futuro a mediano plazo. Decir otra cosa es una idiotez, con el perdón del ecologísta que sostiene que no necesitamos más energía.

CEL, la Comisión del Río Lempa, hace unas dos décadas, tenía un proyecto, hoy engavetado y con más probabilidad, perdido, de trabajar en el Bajo Lempa, encausando las aguas para aumentar su energía cinética y aprovecharla para la producción de energía. ¡Hace dos décadas o más! Pero los intereses de los dueños del país no dejaron que dicho proyecto avanzara. Igualmente, hay proyectos que se están llevando a cabo, o son ya un hecho, en el que se está aprovechando los pequeños ríos para producir energía en las comunidades que viven en sus alrededores. Y no hay nadie que publicite dichos logros.

Volviendo al proyecto mencionado, no se pretendía inundar grandes extensiones de terrenos, sino solamente encausar el río en su mismo curso, sin mayores cambios en la orografía a su paso. Incluso, me atrevo a decir que hay tramos del río Lempa en los que se pueden poner turbinas al paso del río, en el lecho mismo, sin que se modifique nada y lograr obtener energía para los habitantes que viven en sus riberas.

Alguien mencionaba que se deben evaluar los costos-beneficios de cada proyecto. Otro argumento criptorevolucionario. De hecho, la evaluación costo-beneficio siempre se hace. De ahí que se invierta en dicho proyecto. El problema viene a ser para quién va dirigido el proyecto.  Al final no es de si se producen cambios en el ambiente, si se daña o no. El hombre debe ser preservado y la forma segura de hacerlo es respetando las leyes de la naturaleza, sin ocasionar perjuicios a otras especies. Pero, en estos términos, hay que plantear que la única forma es que reconozcamos que somos una especie en peligro y que la forma más conveniente de organización es el socialismo. Esto o pereceremos.




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