martes, 31 de marzo de 2009

Cave Canem

"El hombre nace libre..." comienza Rosseau. Carlos Marx analiza la sociedad y su historia. Los filósofos contemporáneos también tratan de escarbar el fondo de la naturaleza de las sociedades. Sin embargo, hay un personaje que tuvo la osadía de vivir tal y como pensaba: Diógenes de Sínope, el cínico (en el sentido filosófico). Y nos dejó su legado, aunque no dudo que alguien lo trató de perder a propósito.

No puedo dejar de admirarlo. Y no puedo dejar de pensar que la forma más expedita para lograr tener la mirada de los niños aquellos, que vieron al "emperador desnudo" es quitarse totalmente todo el interés en poseer, en querer tener, en ambicionar lo que no podemos llevarnos a la tumba. La crisis que enfrentamos nos da esa oportunidad.

Se dice que una de sus frases, mordaces y cargadas del filo de la verdad, es aquella que dice que es preferible la compañía de los cuervos y no la de los aduladores, pues los primeros comían cadáveres, mientras los últimos comían vivos. Un razonamiento claro para los que, a partir de junio, comenzarán la tarea de gobernar este país tan pequeño, pero lleno de conflictos.

Diógenes solamente tiene parangón en oriente. No creo que haya existido otro personajes, y los de su pequeña escuela de cínicos, como él en la historia de occidente. Lo que me gusta de este personaje es la forma de ver y vivir su vida.

"Hay que tener cordura para vivir o cuerda para ahorcarse" Diógenes


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