Es interesante, pero molesto, leer y ver en los medios de comunicación sobre el calendario Maya y lo relacionado al mismo. En primer lugar, se ha estado hablando de que los mayas pronosticaron el fin del mundo, cosa que nunca hicieron ni tuvieron en mente. Luego, se mencionan a los Mayas como si fuesen una raza extinta, lejos de los actuales pueblos que habitan Guatemala y el sur de México. Y, por último, entre otras tonterías más, algunos escritores hablan sobre el origen extraterrestre de los gobernantes, como es el caso de K'inich Janaab' Pakal, gobernante de ciudad de Palenque.
El calendario Maya hay que verlo como uno de los más grandes logros del ser humano, en este caso, de los que habitaban mesoamérica. Su exactitud con el paso del planeta tierra alrededor del sol, y que es lo que nos da el calendario, es impresionante. El poder de observación de los astrónomos fue grande y, en lo personal, me enorgullece mucho, a la par que me entristece por la enorme pérdida que significó la llegada de los invasores y la quema de cientos o miles de libros escritos por parte del celo de los conquistadores.
Los antiguos Mayas se prolongaron en el tiempo y se reflejan en los pueblos actuales. No existe el conocimiento transmitido, pero no es por culpa de nuestros hermanos mayas, sino porque les fue arrebatada su cultura de golpe.
Creer que los antiguos gobernantes Mayas tuvieron su origen en las estrellas, como el caso de Kukulkán o el mismo K'inich Janaab' Pakal se convirtió en una muestra más de la prepotencia de algunos ignorantes que no conciben que otros pueblos alcancen desarrollos como el de los antiguos Mayas.
No se desconoce la decadencia y los rituales de sacrificios humanos al que llegaron, pero es la historia del hombre o del ser humano, en todas las latitudes del planeta. No se disculpa, como tampoco se disculpa los ritos de tal tipo en todos los tiempos y latitudes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario