La celebración del primero de mayo, este año, se realizó con las mismas características de años anteriores. Sin embargo, es difícil no pensar que, subjetivamente, hay diferencias entre esta celebración y la de años anteriores.
En años recientes, después del 2009, había alegría en el ambiente. Hoy, también, pero hubo muchas interrogantes entre los amigos que se encontraban en la marcha. Por un lado, el viejo Escamilla había dado una entrevista (aún no publicada) en la que decía que su vida había sido de lucha y que no estaba de acuerdo que había sido para que los dirigentes estuvieran en oficinas con aire acondicionado, viajaran en carros de lujo y ya no se acercaran al pueblo. Duro, ¿no? (El viejo Escamilla es el militante de izquierda más viejo del país, con 105 años en sus pies y se encuentra enfermo en el hospital actualmente).
Las organizaciones que formaban la manifestación que salió de la plaza del Salvador del Mundo (ahora conocida por la plaza del garrobo, por la falta de árboles), estaban acompañadas por el FMLN. De hecho, muchas organizaciones sindicales estuvieron adelante y todas marchaban con consignas reinvidicativas.
En la zona del parque Cuscatlán se encontraba una tarima de Las Mélidas, cripto-revolucionarias muy combativas que, en mi opinión, desenfocan los esfuerzos de la sociedad para lograr una sociedad más justa. El sexismo lo hacen ver como radicalismo, pero no es más que una alienación de la lucha de clases. Es importante que haya que acordarnos el desajuste existente entre hombres y mujeres, pero no es lo fundamental.
Lo que si es cierto es que el movimiento obrero debe continuar la lucha y meditar mucho sobre sus objetivos. No solo es el economicismo lo que debe impulsarlos. El neo liberalismo también lucha por lo mismo, pero para el beneficio de unos muy pocos.
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