lunes, 6 de julio de 2009

Al pan, Pan y al Vino, Vino

Uno esperaría que las cosas se llamaran por su propio nombre. Pero no, hay que entender al ser humano. Hobbes decía que el hombre es un lobo para el hombre, viviendo en continua guerra. Otros creen en la bondad del hombre y se han creado muchas religiones en ese sentido y que dicen que el inicio de la raza humana fue pura, un demonio tergiversó el alma del hombre, pero que, al final, el hombre volverá nuevamente a lograr su equilibrio. Todo esto, dentro de un panorama amplio de formas en que se definen las sociedades y sus problemas. Pero una cosa sigue siendo cierta, el hombre es capaz de inventarse cualquier excusa para lograr sus propios propósitos, sean éstos negativos a su propio futuro.

Como ejemplo claro y palpable está el golpe de estado en Honduras. Se ha hecho uso de todos los recursos, por parte de los golpistas, para justificarlos. Incluso, se ha tratado de invalidar los intentos de regresar al orden constitucional de Honduras con argumentos pacifistas. El Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga cumplió esa misión, quedando como otro golpista más. Era increíble oir de su voz advirtiendole a Zelaya para que no llegara a suelo Hondureño, so pena de propiciar un derramamiento de sangre. Cierto, lo que decía era un consejo, pero, dentro del contexto, sonó a advertencia que, lamentablemente, fue cumplida.

Al pan hay que llamarle pan y al vino, vino.

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