En Centroamérica, el istmo, la parte más delgada del continente americano, el horizonte se nos presenta enorme. Vemos el mundo como un universo tan vasto que no nos imaginamos que tenga un límite. Elevándonos un poco, unos cuantos kilómetros, vemos la curvatura de la tierra y podemos ver que la tierra si tiene un límite. Viajamos un poco más y vemos que la tierra es tan solo un grano de arena en el Universo. Entonces, tal vez, podamos comprender que nosotros, habitantes del tercer planeta del sistema solar, no somos nada, comparados con el resto del todo.
Hay un calentamiento global que cada día nos hace pensar en las próximas catástrofes; pero parecería que nadie está consciente que éstas tienen cada día más probabilidades de acontecer. Y, si pensamos en los pequeños países que conforman el istmo, la parsimonia con que los gobiernos toman el futuro no nos deja indiferentes, pues vivimos al borde del abismo con Charles Chaplin bailando en patines en Tiempos Modernos.
Nuestro país es tan pequeño que estamos a merced de los desastres que países como Estados Unidos, Europa, Japón, China e India favorezcan al emitir gases de invernadero muy superiores a los que nosotros producimos, pero que nos afectarán, nos guste o no nos guste. Pero, ¿nos podremos preparar para este futuro cierto que nos espera? Si no se comienza desde ahora, dificilmente tendremos excusas con las que nos cubramos cuando la tragedia climática nos alcance.
Tenemos un río, el Lempa, al que hemos sometido a un maltrato increíble. Y queremos que éste nos entregue energía, alimentos, agua, todo lo que sea posible. Pronto nos quedaremos sin ese río vivo y tendremos una gran cloaca de la cual no podremos sacar nada bueno para nuestra vida. Tenemos nuestro mar, nuestra costa, que no la cuidamos. Pero esperamos que nos brinde alimentos. Tenemos nuestros bosques que mueren con gran rapidez.
Aunque el panorama parezca negativo, lo cierto es que tendremos que reaccionar y comenzar a pensar en las proximas generaciones.
Nuestro país es tan pequeño que estamos a merced de los desastres que países como Estados Unidos, Europa, Japón, China e India favorezcan al emitir gases de invernadero muy superiores a los que nosotros producimos, pero que nos afectarán, nos guste o no nos guste. Pero, ¿nos podremos preparar para este futuro cierto que nos espera? Si no se comienza desde ahora, dificilmente tendremos excusas con las que nos cubramos cuando la tragedia climática nos alcance.
Tenemos un río, el Lempa, al que hemos sometido a un maltrato increíble. Y queremos que éste nos entregue energía, alimentos, agua, todo lo que sea posible. Pronto nos quedaremos sin ese río vivo y tendremos una gran cloaca de la cual no podremos sacar nada bueno para nuestra vida. Tenemos nuestro mar, nuestra costa, que no la cuidamos. Pero esperamos que nos brinde alimentos. Tenemos nuestros bosques que mueren con gran rapidez.
Aunque el panorama parezca negativo, lo cierto es que tendremos que reaccionar y comenzar a pensar en las proximas generaciones.
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