jueves, 22 de diciembre de 2011
Odisea
Cuando llegan los melenudos aqueos a la mansión de Circe me pareció que esta era la mansión de la política. A todos se les da la poción que los convierte en cerdos, sin perder su conciencia, pero cerdos corruptos. No pueden dejar de ser cerdos, por mucho que quieran. Solamente el héroe, quien toma una pócima que Hermes le entrega, quien puede resistirse a ser cerdo, a pesar que se mueve a sus anchas en la mansión de Circe; inclusive se sube a su lecho para gozarse con ella, impartiendo fuerza y belleza. Si lo vemos simple, los cerdos son los políticos, Circe el poder y quien lo detenta; solo asistidos por los dioses se puede vivir en ese mundo sin contaminarse.
Por razones que no vienen al caso, me sorprendió lo que dice Odiseo al estar, ensangrentado y cansado, sobre los cadáveres de los pretendientes: no se alegren por lo que ven, ya son cadáveres y merecían la muerte, hay que respetar su destino (no es literal). Se me vino la imagen no solo de políticos que se alegran, y lo expresan públicamente, de la muerte de sus enemigos. Muchos otros personajes se me vinieron a la mente. Odiseo no era un psicópata, pero hizo lo que tenia que hacer, según el relato de Homero.
En su viaje, los aqueos también realizan pillajes. Indefectiblemente se dan cuenta de sus actos, puesto que Odiseo les previene que se alejen de las costas de los pueblos a los que han robado. Pero, en el relato, el héroe continua siendo Odiseo. El espíritu del hombre se desnuda en todo el relato, al menos el que guia a la mayoría de la humanidad.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Contra la violencia
Se recuerda tambien el dia del asesinato de tres mujeres que participaron contra la dictadura y tirania de Trujillo, en Republica Dominicana.
Las hermanas fueron asesinadas por asfixia, cuando regresaban de visitar en la carcel a sus maridos, que tambien estaban encarcelados por lucha en contra del dictador. Fueron detenidas, ahorcadas junto a su chofer y puestas en el vehiculo para simular despues su muerte.
Los nombres de los asesinos estan puestos en las paginas mas oscuras de la historia, pero permanecen alejados en la memoria de todos los latinoamericancos que hacemos de la lucha de todo aquel que busca un futuro mejor para nuestros pueblos.
Lejos estamos, todavia, de erradicar la violencia contra la mujer. De hecho, toda violencia va en contra de la humanidad y, hombre o mujer, todos somos iguales.
sábado, 27 de agosto de 2011
Entre el humorismo y la ofensa
El caso es que me llego a mi correo personal una serie de chistes que me envian los amigos y que vienen de otra serie de amigos que los han enviado antes. Esto es normal hoy en dia. A veces los leo, otras veces no. Algunas veces los re-envio, otras veces, la mayoria, no. Algunos son buenos, irreverentes y otros son malos, asi de simple. De los chistes que re envio, se los re envio a algunos amigos, a otros no. Soy selectivo. Algunas veces por ser chistes politicos o por ser chistes colorados. Lo que me pregunto es ofensivo o cuando no?
De entre los chistes que me llegaron, re envie un par. Uno de ellos mencionaba que la cerveza contiene hormonas femeninas, porque con cada vaso bebido, el comportamiento del hombre se transformaba: abrazaba a otros hombres, queria a medio mundo, no razonaba y hasta orinaba sentado, entre mas caracteristicas que mencionaba. El otro hacia referencia a una mujer que le confesaba a su hija que tenia cancer; pero a sus amigas les decia que tenia SIDA, para que sus amigas no se acostaran con su marido, una vez muerta ella. Como se puede deducir, uno de ellos era contra las mujeres y el otra, contra los hombres. Pues bien, recibi una respuesta airada de un contacto de la lista a la que re envie el primer chiste. Del segundo chiste no recibi respuesta de nadie.
Con relacion al fotomontaje, por otra parte, yo no lo considero un chiste. Es mas bien una ofensa. Con "gracia" se les quiere llamar "puta" a cada mujer en el dicho fotomontaje. Alli el mensaje es claro. Si eso hace la oposicion a Chavez, merecen que se les persiga con las leyes en las manos. A esto no se le puede llamar libertad de expresion, no nos enganemos ni nos demos paja.
En cuanto a los chistes mencionados. Mis preguntas: caen en la ofensa? No lo se. Del primero, probablemente, pero este razonamiento (el del chiste) es un cliche comun y corriente entre los hombres. El segundo chiste, probablemente no es ofensivo. Pero en el segundo se presupone que todos los hombres (puesto que no se define a un personaje en especial) son machos cabrios que las mujeres con las que estan casadas los mantienen en perpetua sumision y no sera, hasta su muerte, que puedan desencadenar su furia sexual.
Creo que mis comentarios pueden ampliarse aun mas, puesto que en el caso del primer chiste no hay mucho contenido sexual. En el segundo si. Pero, por que el primer chiste es mas ofensivo que el segundo.
viernes, 26 de agosto de 2011
Tiempos negros
Llamar a la cordura, en estos momentos, es peligroso. Los perros rabiosos europeos están sueltos.
sábado, 13 de agosto de 2011
viernes, 29 de julio de 2011
Polaridad
Tal vez porque las cosas no salen como uno ha querido. O porque, al ver la foto de una amiga lejana, en el tiempo y en el espacio, me hacen sentir que perdí el rumbo hace mucho tiempo. O bien, increíble, porque creo que me alcanza el pecado de soberbia y creo en la urgencia de recuperar la realidad, pararme en los dos pies que tengo.
Pero, ni modo, hay que seguir, como dice un proverbio budista: El mismo lapso de tiempo pasa ya sea estemos tristes o estemos alegres.
Reductio ad adsurdum
No conozco la ley sobre el cigarro. Reconozco que no fumo y que considero que ese vicio es un vicio pendejo, como todos (menos los que yo tengo y no menciono). Pero creo que los argumentos, al menos los que se mencionan en los medios de manipulación, son argumentos pobres. Uno de ellos, al menos, es algo que no lo entiendo. Se trata de proteger a la población del mal que acarrea el vicio: cancer, enfisema pulmonar, mal aliento, y otros males, mayores y menores. Pero, si de esto se trata, hay que prohibir los vehículos; hay que prohibir las hamburguesas, las papas fritas, las pizzas y toda la comida y bebida chatarra. Inclusive las pupusas. Son estos los que mas causan la muerte de las personas en el país: por accidentes, por hipertensión, por obesidad, por diabetes, por paros cardiacos, por altos niveles de colesterol y trigliceridos. El cigarro mata, como también matan otros productos. Hay que prohirbirlos.
sábado, 9 de julio de 2011
FACUNDO CABRAL
Panzistas
En estos días oímos el clamor, igualmente patético, de los "empresarios" salvadoreños, respecto al manejo de la cosa pública. Recuerdo que, en un inicio, clamaban por mantener las reglas del juego, puesto que "los inversionistas" querían reglas fijas. Sin embargo, a modo de recordatorio, ellos fueron los primeros en cambiar las leyes, en la Asamblea Legislativa, de la Federación de Futbol, para que el Alianza no bajara de categoría. Si así se comportaran los legisladores argentinos, todavía estaría vivo, en primera división, el River. Pero, me parece, allá son serios.
Volviendo a lo que dice Smith, hay nueve consejos para buscar la libertad.
- Nunca dar por nada por sentado. Todo hay que cuestionarlo y, si se trata de obtener algo, asegurarse de obtenerlo. No tenemos ningún derecho ganado, todos hay que ganarlos en el momento que hacemos uso de ellos.
- Hay que educarse. Esto es importante y es lo que carece la mayor parte de la gente y por ello se aprovechan los políticos y sus dueños. No hay excusas para no buscar el conocimiento. Con la educación dejamos de ser borregos.
- No ser un marica. No. No se refiere a ser gay, se refiere a no ser un pusilánime. La libertad se gana a pulso.
- Dejar que otros te digan lo que tú tienes que hacer. Las decisiones debemos hacerlas nosotros mismos. Por cierto, esto me recuerda de la polémica que han desatado algunos intelectualoides: votar por personas, no por partidos. Y hablan de que hemos evolucionado. Tal vez porque ya no tenemos cola. Pero seguimos siendo los mismos burros y borregos.
- Deshacerse de lo innecesario, manteniendo lo que es eficaz.
- Ignorar las etiquetas del "Establecimiento". Antes, para desacreditar al insumiso, se le decía comunista; luego, subversivo. Hoy terrorista. Luego, musulmán. Luego, a saber qué. Hay que investigar qué es lo que se dice, entender al otro, a los otros. No hay que etiquetar a nadie.
- El cinismo es el camino para derrotar la esclavitud. No se trata de ser nihilista. Y, volviendo al voto por particulares y por partidos, no es que me gusten los partidos; pero, hoy por hoy, son los instrumentos idoneos para las elecciones. No creo que con ser escéptico a ultranza se logre alto.
- La verdadera autoridad deriva del respeto ganado, no comprado o usurpado. Y, siempre con el tema de los partidos políticos, partidos como el PCN y la Democracia Cristiana y los políticos que la conforman, no se han ganado este respeto. Ojo!
- Tomar la libertad como algo personal.
- Nos guste o no nos guste, estamos en un campo de batalla y estamos en medio de la refriega. A nosotros nos toca actuar.
sábado, 11 de junio de 2011
PAYASOS
Uno no puede dejar de pensar en la bajeza moral en la que han caido los politicos, en nuestro pequeno pais y en todo el mundo occidental y al que tenemos acceso por la prensa o por Internet.
Pero tampoco podemos dejar de llamarlos payasos, con el agravante que no logran hacernos reir, sino enojarnos e indignarnos.
Ejemplo vivo de lo que digo es la comedia que nos obligaron a ver la semana que recien termina. Decretan algo, lo aprueban muy a la carrera y, luego de ser rechazada por todo el mundo, quieren retractarse diciendo que la ley pone en peligro la institucionalidad. Simplemente son unos PAYASOS>
Luego, saltan a los medios una cantidad de eruditos, doctores en saber que, haciendo gala de una retorica patética, evaluando los procederse de los padres de la patria.
Vuelvo a repetir, PAYASOS.
Creo que mayor comentario me degradara.
domingo, 5 de junio de 2011
Reduccion de la pobreza
domingo, 22 de mayo de 2011
Escalofrios
Pero no por ello deja de dar escalofríos lo que actualmente vivimos en nuestro paisito de m... (y no digo mas que nuestros poetas ya lo han dicho, como Roque, por ejemplo). Artículos como el publicado por El Faro, sobre el Cartel de Texis, me asustan por el nivel de corrupción en que se encuentra nuestro país. Ahora me explico el nivel de violencia en el que vivimos y el por que no se ha logrado resultados, a la par de otros elementos que alimentan dicho estado.
Las leyes, como expresión de un contrato social, son hechas para favorecer a la mafia enquistada en el estado. No creo, y me lamento, que los políticos de izquierda puedan hacer algo que los derecha han venido haciendo desde hace mucho tiempo y que, como se demuestra en este reportaje, han logrado corromper el estado. Ni que fueran Odiseos, impermeables a los encantos de magas y brujas.
Que hacer? Por el momento, y si seguimos en esta ruta, estamos condenados a repetir nuestra historia, la que cada vez se esta convirtiendo en una pantomima de historia. Permitimos que sigan medios de comunicacion mintiéndonos, y que extranjeros (pagados con toda probabilidad por sus servicios de inteligencia) vengan a darnos consejos, ya sea por columnas periodisticas o por ONGs de todo tipo. Mientras no tengamos una respuesta como pueblo, la comedia seguirá.
sábado, 14 de mayo de 2011
El Dragón
"Había un hombre en China al que gustaban mucho las imágenes representando a dragones. Todos sus muebles y vestidos estaban decorados con este emblema. El dios de los dragones se dio cuente de este amor profundo, así que un día, un verdadero dragón se presentó en su ventana. Se dice que el hombre se murió del susto... Era seguramente un charlatán que se hubiera revelado como tal en el momento de la acción."
En esta época nos encontramos a muchos charlatanes opinando de todo como si fuesen expertos en todo. Pero, si tuvieran en cuenta la realidad y que les puede chocar en su propia cara, huirian si pudieran.
viernes, 13 de mayo de 2011
Elogio a Karl Marx
Y lo mismo puede decirse de muchos que no han leído una palabra del viejo santón del socialismo científico. Cada vez que oigo, por ejemplo, aquello de "La religión es el opio de los pueblos" siempre reconozco a que lado le va el que repite la frase. Pero Karl Marx no estaba debatiendo sobre religión, ni sobre teología, ni quería demostrar la existencia de un Dios. Simplemente estaba hablando, en una interpretación harto sencilla, del uso dado a la religión.
Transcribo, sin el permiso de SinPermiso, el articulo siguiente:
Por Terry Egleton
El pasado 5 de mayo se cumplieron 193 años del nacimiento en Tréveris del gran barbudo, el intelectual más influyente y más citado del mundo contemporáneo. Asombrosamente, no sólo ha enterrado a cinco generaciones de críticos, pseudocríticos y conspiradores del silencio, sino que ha logrado sobrevivir también al heteróclito y nutridísimo club al que, como su socarrón homónimo, siempre se negó a pertenecer: el de los “marxistas”. Engels recordó con amargura poco antes de morir que Marx tuvo, como Heine, la desgracia de “sembrar dragones, y a trueque, cosechar demasiadas pulgas”. El amigo Anaclet Pons nos envía esta traducción suya del ingenioso artículo del crítico literario británico Terry Eagleton recientemente publicado en The Chronicle Of Higher Education. Con agradecimientos muy especiales a su traductor, lo reproducimos a continuación en SP.
Alabar a Karl Marx puede parecer tan perverso como dedicarle una palabra amable al estrangulador de Boston. ¿No eran las ideas de Marx responsables de despotismo, asesinato en masa, campos de trabajo, catástrofe económica y pérdida de libertad para millones de hombres y mujeres? ¿No fue uno de sus devotos discípulos un campesino georgiano paranoide de nombre Stalin, y no hubo otro que fue un brutal dictador chino que bien puede haber teñido sus manos con la sangre de unos 30 millones de personas?
La verdad es que Marx no fue más responsable de la opresión monstruosa del mundo comunista de lo que lo fue Jesús de la Inquisición. Por un lado, Marx habría despreciado la idea de que el socialismo pudiera echar raíces en sociedades atrasadas, de una pobreza desesperada y crónica, como Rusia y China. Si así fuera, entonces el resultado sería simplemente lo que él llamó “la escasez generalizada”, lo que quiere decir que todo el mundo estaría privado, no sólo los pobres. Esto significaría volver a “toda la porquería anterior” -o, con una traducción menos fina, a “la mierda de siempre”. El marxismo es una teoría de cómo las adineradas naciones capitalistas podrían utilizar sus inmensos recursos para lograr la justicia y la prosperidad para sus pueblos. No es un programa por el cual naciones carentes de recursos materiales, de una cultura cívica floreciente, de un patrimonio democrático, de una tecnología bien desarrollada, de tradiciones liberales ilustradas y de una mano de obra educada y cualificada puedan catapultarse a sí mismas a la era moderna.
(…) de otra parte, este desarrollo de las fuerzas productivas (que entraña ya, al misma tiempo, una existencia empírica dada en un plano histórico-universal, y no en la existencia puramente local de los hombres) constituye también una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la escasez y, por tanto, con la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería necesariamente en toda la porquería anterior.— Karl Marx, La ideología alemana.
Marx sin duda quería ver prosperar la justicia y la prosperidad en tales lugares. Escribió con rabia y con elocuencia acerca de varias de las oprimidas colonias de Gran Bretaña, y no menos de Irlanda y de la India. Y el movimiento político que su trabajo puso en marcha ha hecho más para ayudar a las naciones pequeñas a deshacerse de sus amos imperialistas que cualquier otra corriente política. Sin embargo, Marx no era tan incauto como para imaginar que el socialismo se pudiera construir en esos países sin que las naciones más avanzadas les prestaran su ayuda. Y eso significaba que la gente común de los países avanzados tenían que arrancar los medios de producción de manos de sus gobernantes y ponerlos al servicio de los condenados de la tierra. Si esto hubiera sucedido en la Irlanda del siglo XIX, no habría habido el hambre que envió a un millón de hombres y mujeres a la tumba y a otros dos o tres millones hasta los confines de la tierra.
Hay un sentido en el que el conjunto de los escritos de Marx se pueden resumir en varias preguntas embarazosas: ¿Por qué el Occidente capitalista ha acumulado más recursos de los que jamás hemos visto en la historia humana y, sin embargo, parece incapaz de superar la pobreza, el hambre, la explotación y la desigualdad? ¿Cuáles son los mecanismos por los cuales la riqueza de una minoría parece engendrar miseria e indignidad para la mayoría? ¿Por qué la riqueza privada parecen ir de la mano con la miseria pública? ¿Es, como sugieren los reformistas liberales de buen corazón, que no hemos conseguido eliminar estas bolsas de miseria humana, pero que lo haremos con el paso del tiempo? ¿O es más plausible sostener que hay algo en la naturaleza del capitalismo que genera privación y desigualdad, tan cierto como que Charlie Sheen genera chismes?
Marx fue el primer pensador en hablar en esos términos. Este desarrapado exiliado judío, un hombre que una vez comentó que nadie había escrito tanto sobre el dinero y tenía tan poco, nos legó el lenguaje con el que el sistema en que vivimos puede ser entendido como un todo. Sus contradicciones fueron analizadas, su dinámica interior dejada al descubierto, sus orígenes históricos examinados y su potencial caída anunciada. Esto no quiere decir que Marx considerara al capitalismo simplemente como una Mala Cosa, como admirar a Sarah Palin o echar el humo del tabaco a la cara de los niños. Por el contrario, era extravagante en su alabanza de la clase que lo creó, un hecho que tanto sus críticos como sus discípulos han disimulado convenientemente. No hay sistema social en la historia, escribió, que haya demostrado ser tan revolucionario. En un puñado de siglos, las burguesías (middle classes) capitalistas habían borrado de la faz de la tierra casi todo el rastro de sus enemigos feudales. Habían acumulado tesoros materiales y culturales, inventado los derechos humanos, emancipado a los esclavos, derrocado a los autócratas, desmantelado los imperios, lucharon y murieron por la libertad humana, y sentaron las bases de una civilización verdaderamente global. Ningún documento prodiga elogios tales como ese histórico y poderoso logro que es El Manifiesto Comunista , ni siquiera el Wall Street Journal. [1]
Eso, sin embargo, fue sólo una parte de la historia. Hay quienes ven la historia moderna como un relato apasionante de progreso, y quienes lo ven como una larga pesadilla. Marx, con su perversidad habitual, pensó que era ambas cosas. Cada avance de la civilización ha traído consigo nuevas posibilidades de barbarie. Los lemas de la gran revolución burguesa (middle-class), “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, fueron también sus consignas. Él simplemente se preguntó por qué esas ideas no podrían ponerse en práctica sin violencia, pobreza y explotación. El capitalismo había desarrollado energías y capacidades humanas más allá de toda medida anterior. Sin embargo, no había utilizado esas capacidades para hacer que los hombres y mujeres se liberaran de la fatiga inútil. Por el contrario, se los había forzado a trabajar más duro que nunca. En las civilizaciones más ricas de la tierra se padecía tanto como en sus antepasadas del Neolítico.
Esto, consideraba Marx, no era debido a la escasez natural. Se debía a la forma peculiarmente contradictoria en la que el sistema capitalista genera sus fabulosas riquezas. Igualdad para algunos significa desigualdad de los demás, y libertad para algunos supone opresión e infelicidad para muchos. La voracidad del sistema a la búsqueda de poder y beneficio había convertido las naciones extranjeras en colonias esclavizadas, y a los seres humanos en juguetes de las fuerzas económicas más allá de su control. Había asolado el planeta con la contaminación y la hambruna masiva, y cicatrizado con guerras atroces. Algunos críticos de de Marx señalan con razón la atrocidad de los asesinatos en masa en la Rusia y la China comunistas. No suelen recordar con idéntica indignación los crímenes genocidas del capitalismo: las hambrunas de finales del siglo XIX en Asia y África en los que murieron muchos millones de personas; la carnicería de la Primera Guerra Mundial, en la que las naciones imperialistas masacraron a sus propios trabajadores en la lucha por los recursos mundiales; y los horrores del fascismo, un régimen al que el capitalismo tiende a recurrir cuando su espalda está contra la pared. Sin el sacrificio de la Unión Soviética, entre otras naciones, el régimen nazi aún podría estar incólume.
Los marxistas alertaron de los peligros del fascismo mientras los políticos del llamado mundo libre seguían preguntándose en voz alta si Hitler era un tipo tan desagradable como lo pintaban. Casi todos los seguidores actuales de Marx rechazan las villanías de Stalin y de Mao, mientras que muchos no-marxistas seguirían defendiendo enérgicamente la destrucción de Dresde o Hiroshima. Las modernas naciones capitalistas son en su mayor parte fruto de una historia de genocidio, violencia y exterminio igual de detestables que los crímenes del comunismo. El capitalismo también fue forjado con sangre y lágrimas, y Marx estuvo allí para presenciarlo. Es sólo que el sistema ha estado funcionando el tiempo suficiente para que la mayoría de nosotros olvidemos ese hecho.
La selectividad de la memoria política tiene algunas curiosas formas. Tomemos, por ejemplo, el 11/S. Me refiero al primer 11/S, no al segundo. Me refiero al 11/S que tuvo lugar exactamente 30 años antes de la caída del World Trade Center, cuando los Estados Unidos ayudaron a derrocar al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende en Chile, instalando en su lugar a un dictador odioso que asesinó muchas más personas de las que murieron en ese terrible día en Nueva York y Washington. ¿Cuántos estadounidenses son conscientes de ello? ¿Cuántas veces ha sido mencionado en Fox News? [2]
Marx no era un soñador utópico. Por el contrario, comenzó su carrera política peleando ferozmente con los utópicos soñadores que le rodeaban. Tenía tanto interés en una sociedad humana perfecta como lo pueda tener un personaje de Clint Eastwood, y nunca habló de forma tan absurda. No creía que hombres y mujeres pudieran superar al Arcángel Gabriel en santidad. Por el contrario, creía factible que el mundo pudiera convertirse en un lugar considerablemente mejor. En eso fue un realista, no un idealista. Quienes de verdad esconden la cabeza -la moral de avestruz de este mundo- son aquellos que niegan que no puede haber ningún cambio radical. Se comportan como si Padre de familia y la pasta dentífrica multicolor fuera a seguir existiendo en el año 4000. Toda la historia de la humanidad refuta este punto de vista.
El cambio radical, sin duda, puede no ser para mejor. Tal vez el único socialismo que veamos sea uno impuesto a un puñado de seres humanos que puedan escabullirse de algún holocausto nuclear o de un desastre ecológico. Marx habla incluso agriamente de la posible “mutua ruina de todos los partidos”. Un hombre que fue testigo de los horrores de la Inglaterra industrial-capitalista era poco probable que albergara presunciones idealistas acerca de sus congéneres. Todo lo que quería decir es que hay recursos más que suficientes en el planeta para resolver la mayoría de nuestros problemas materiales, así como que había comida más que suficiente en Gran Bretaña en la década de 1840 para alimentar a la hambrienta población irlandesa varias veces. Es la manera en que organizamos la producción lo que es crucial. Notoriamente, Marx no nos proporcionó un plan sobre cómo hacer las cosas de forma diferente. Es bien sabido que tiene poco que decir sobre el futuro. La única imagen del futuro es el fracaso del presente. No es un profeta en el sentido de mirar en una bola de cristal. Es un profeta en el sentido bíblico de alguien que nos advierte de que, a menos que cambiemos nuestras injustas maneras, es probable que el futuro sea muy desagradable. O que no haya futuro en absoluto.
El socialismo, pues, no depende de un cambio milagroso en la naturaleza humana. Algunos de los que defendieron el feudalismo contra los valores capitalistas en la Baja Edad Media predicaban que el capitalismo nunca funcionaría, ya que era contrario a la naturaleza humana. Algunos capitalistas ahora dicen lo mismo sobre el socialismo. Sin duda hay una tribu en algún lugar de la cuenca del Amazonas que cree que no puede sobrevivir un orden social donde un hombre puede casarse con la mujer de su hermano fallecido. Todos tendemos a absolutizar nuestras propias condiciones. El socialismo no ahuyentaría la rivalidad, la envidia, la agresión, la posesividad, la dominación y la competencia. El mundo todavía mantendría su ración de matones, tramposos, vividores, oportunistas y psicópatas ocasionales. Es sólo que la rivalidad, la agresión y la competencia ya no adquirirían la forma de ciertos banqueros quejándose de que sus bonos se han reducido a un unos miserables 5 millones de dólares, mientras que millones de personas en todo el mundo luchan por sobrevivir con menos de 2 dólares al día.
Marx fue un pensador profundamente moral. Habla en El Manifiesto Comunista de un mundo en el que “el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos”. Este es un ideal para guiarnos, no una condición que podamos alcanzar nunca del todo. Pero su lenguaje es sin embargo significativo. Como buen humanista romántico, Marx creía en la singularidad del individuo. La idea impregna sus escritos de principio a fin. Tenía pasión por lo sensualmente específico y aversión a las ideas abstractas, a pesar de lo ocasionalmente necesarias que pensaba que podrían ser. Su llamado materialismo está en la raíz del cuerpo humano. Una y otra vez, habla de la sociedad justa como aquella en la que hombres y mujeres sean capaces de realizar sus poderes y capacidades distintivos en sus propias formas distintivas. Su objetivo moral es la autorrealización placentera. En esto se une a su gran mentor Aristóteles, que entiende que la moralidad trata de cómo florecer más rica y agradablemente, y no ante todo (como la edad moderna desastrosamente imagina) sobre las leyes, derechos, obligaciones y responsabilidades.
¿Cómo este objetivo moral difiere del individualismo liberal? La diferencia es que, para lograr la verdadera realización personal, Marx cree que los seres humanos deben encontrarla en los otros, los unos a través de los otros. No es sólo una cuestión de que cada uno haga sus propias cosas aislado de los demás. Lo que ni siquiera sería posible. El otro debe ser el terreno de nuestra propia realización, al mismo tiempo que él o ella nos proporcionan nuestra misma condición. A nivel interpersonal, es lo que se conoce como amor. En el plano político, se lo conoce como socialismo. El socialismo para Marx sería simplemente cualquier conjunto de instituciones que permitieran que esta reciprocidad ocurriera en la mayor medida posible. Piénsese en la diferencia entre una empresa capitalista, en la que la mayoría trabaja para el beneficio de unos pocos, y una cooperativa socialista, en la que mi propia participación en el proyecto aumenta el bienestar de todos los demás, y viceversa. No se trata de que haya un santo auto sacrificio. El proceso está integrado en la estructura de la institución.
El objetivo de Marx es el ocio, no el trabajo. La mejor razón para ser un socialista, excepto para los pesados a los que sucede que no les gusta, es que detestas tener que trabajar. Marx pensaba que el capitalismo había desarrollado las fuerzas productivas hasta el punto de que, bajo relaciones sociales diferentes, podrían ser utilizadas para emancipar a la mayoría de hombres y mujeres de las formas más degradantes de trabajo. ¿Qué pensaba que íbamos a hacer entonces? Lo que quisiéramos. Si, como el gran socialista irlandés Oscar Wilde, optamos simplemente por estar todo el día echados, con vaporosas prendas carmesí, bebiendo absenta y leyéndonos las páginas impares de Homero uno a otro, entonces que así sea. La cuestión, sin embargo, era que este tipo de actividad libre tenía que estar disponible para todos. Nosotros ya no toleraríamos una situación en la que la minoría tuviera tiempo de ocio porque la mayoría tuviera que trabajar.
Lo que interesaba a Marx, en otras palabras, era lo que un poco engañosamente se podría llamar lo espiritual, no lo material. Si las condiciones materiales tuvieran que ser cambiadas, que lo fueran para liberarnos de la tiranía de lo económico. Él mismo era asombrosamente muy leído en literatura mundial, le encantaba el arte, la cultura y la conversación civilizada, se deleitaba con el ingenio, las comicidad y el buen humor, y una vez fue perseguido por un policía por romper una farola en el transcurso de una juerga. Era, por supuesto, ateo, pero no hay que ser religioso para ser espiritual. Fue uno de los muchos y grandes herejes judíos, y su obra está saturada de los grandes temas del judaísmo, como la justicia, la emancipación, el Día del Juicio, el reinado de paz y abundancia, la redención de los pobres.
¿Qué hay, pues, del pavoroso Día del Juicio final? ¿No preveía Marx que la humanidad requeriría una revolución sangrienta? No necesariamente. Pensaba que algunos países, como Gran Bretaña, Holanda y los Estados Unidos, podrían alcanzar el socialismo en paz. Si bien era un revolucionario, era también un vigoroso campeón de la reforma. En cualquier caso, cuando las personas dicen que se oponen a la revolución por lo general eso significa que les disgustan ciertas revoluciones, y otras no. ¿Son los estadounidenses antirrevolucionarios hostiles a la Revolución Americana como lo son a la cubana? ¿Se frotan las manos con las insurrecciones recientes de Egipto y Libia, o con las que derribaron las potencias coloniales en Asia y África? Nosotros mismos somos productos de levantamientos revolucionarios ocurridos en el pasado. Algunos procesos de reforma han sido mucho más sangrientos que algunos actos revolucionarios. Hay tantas revoluciones de terciopelo como violentas. La Revolución Bolchevique se llevó a cabo con escasas pérdidas humanas. La Unión Soviética que engendró cayó unos 70 años más tarde, sin apenas derramamiento de sangre.
Algunos críticos de Marx rechazan una sociedad dominada por el Estado. Y así lo pensaba él. Detestaba la política de Estado tanto como le disgusta al Tea Party, aunque por razones bastante menos chuscas. ¿Fue, podrían preguntar las feministas, un patriarca victoriano? Por supuesto. Pero como algunos comentaristas (no marxistas) modernos han señalado, fueron los hombres del mundo socialista y comunista, hasta el resurgimiento del movimiento de las mujeres en la década de 1960, los que consideraron que la cuestión de la igualdad de la mujer era vital para otras formas de liberación política. La palabra “proletariado” se refiere a los que en la sociedad antigua eran demasiado pobres para servir al Estado con otra cosa que no fuera el fruto de su vientre. “Proletarios” significa “descendientes”. Hoy en día, en los talleres y en las pequeñas granjas del tercer mundo, el típico proletario sigue siendo una mujer.
Lo mismo ocurre con las cuestiones étnicas. En las década de 1920 y 1930, prácticamente los únicos hombres y mujeres que predicaban la igualdad racial eran comunistas. La mayoría de los movimientos anticoloniales fueron inspirados por el marxismo. El pensador anti socialista Ludwig von Mises describe el socialismo como “el movimiento de reforma más potente que la historia haya conocido jamás, la primera tendencia ideológica no limitada a una parte de la humanidad, sino respaldada por gente de todas las razas, naciones, religiones y civilizaciones”. Marx, que conocía su historia un poco mejor, podría haberle recordado a von Mises el cristianismo, pero la cuestión sigue siendo contundente. En cuanto al medio ambiente, Marx prefigura asombrosamente nuestra propia política verde. La naturaleza, y la necesidad de considerarla como aliada en lugar de antagonista, era una de sus preocupaciones constantes.
¿Por qué podría Marx volver a estar en nuestras preocupaciones? Irónicamente, la respuesta es: por el capitalismo. Cada vez que uno oye hablar a los capitalistas sobre el capitalismo, uno sabe que el sistema tiene problemas. Por lo general, prefieren un término más anodino, como el de “libre empresa”. Las crisis financieras recientes nos han obligado una vez más a pensar la organización en la que vivimos como un todo, y fue Marx quien primero lo hizo posible. Fue El Manifiesto Comunista el que predijo que el capitalismo se convertiría en mundial, y que sus desigualdades se agudizarían gravemente. ¿Tiene su trabajo algún defecto? Cientos. Pero es un pensador demasiado creativo y original para ser reducido a los vulgares estereotipos de sus enemigos.
NOTAS T.: [1] The Wall Street Journal, el diario ultra liberal editado en el corazón del complejo financiero del Imperio, defensor a ultranza de las políticas monetaristas y especulativas responsables de la crisis mundial.[2] Fox News, cadena televisiva en USA, propiedad del grupo Murdoch, conocida por su conservadurismo extremista y guerrerista, representante de los sectores radicalizados del Partido Republicano, como el Tea Party.
Terry Eagleton, internacionalmente reconocido crítico cultural en la tradición marxista británica de Raymond Williams, es profesor de literatura en la Universidad de Manchester. Se ha publicado recientemente en castellano (editorial Debate) su interesante libro de memorias: El portero. Anaclet Pons es un historiador catalán. Maniene un interesante blog (Clionauta: Blog de Historia), en donde apareció por vez primera esta traducción.
|
sábado, 7 de mayo de 2011
Que hubiera pasado si ...
Es que también se me vienen a la menta otros casos hipotéticos. Que hubiera pasado, por ejemplo, si el Gobierno de Cuba hubiera enviado tropas de elite para ajusticiar a Posada Carriles cuando el vivía en Miami. Imagino que hubiera habido guerra entre los Estados Unidos y Cuba, solamente por el hecho que se habría invadido territorio del primero. Pero, habría justificacion? Estados Unidos hubiera felicitado a Cuba? Francia hubiera felicitado a Cuba? Angela Merkel hubiera felicitado a Cuba? A todas estas respuestas creo que se rresponderían que no. Pero, no es lo mismo? Posada Carriles tiene en sus manos la sangre de muchos cubanos, de muchos venezolanos y muchos salvadoreños. Y, cuando se le trato de llevar a los tribunales, la política de los Estados Unidos lo impidió. No se hizo justicia.
Es difícil decidirse a tratar de hacer estas preguntas. Pero se deben hacer. La historia nos demuestra que no se puede dejar de hacerlo, so pena a que las cosas se pongan peor.
Frei Betto dice que la ejecución de Osama bin Laden fue una venganza, jamas un acto de justicia. Lo triste es que este acto arroja sombras hacia todo el futuro de la humanidad. Ahora bombardean a Kadaffi, buscando su muerte. Y lo llaman protección a los civiles que, dicho sea de paso, hasta aviones de guerra poseen. Increíble.
Los que conocemos la guerra, los que la sufrimos, no quisieramos que nadie mas la soportara. No trae nada bueno y los costos son mucho mas que los beneficios. Estos últimos, porque los hay, solamente son para la industria militar.
Podemos quejarnos de todo lo anterior, pero sabemos que la historia se repite, con el agravante de que ahora las armas son mas potentes y que la humanidad esta en manos de estupidos que pueden condenarnos a perecer en pocos segundos.
viernes, 6 de mayo de 2011
La vida y la muerte
La muerte de un ser querido nos conmueve. Nos sentimos tristes y con la sensación de habernos quedado solos, vacíos. Algo nos faltará de ahí en adelante. Es normal, no creo que una sensación tan fuerte sea anormal ni extraordinaria.
Es importante, pues, saber llorar nuestra pérdida. Y, como leí en algún lugar, la gratitud que le podemos demostrar al ser querido que nos acaba de abandonar, es recordarlo.
Adiós Doña María Julia! Adiós!
jueves, 5 de mayo de 2011
Pienso, luego ...
El problema es que, como Galileo, no es conveniente andar proclamando la estulticia de los poderosos, mejor decir: "Y sin embargo, se mueve". O como los niños del cuento: "El rey esta desnudo".
Pero nos quieren asustar, mantener en ese estado patológico, para someternos a sus deseos y llevarse la riqueza para sus cuevas.
Pero el mundo sigue dando vueltas.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Algunas fotos de la marcha del primero de mayo, en San Salvador. No tengo muchos comentarios que hacer.
Estos jovenes estaban al inicio de la marcha.
La marcha iba con todo: protesta, alegria, union.
La marcha era para conmemoran a los trabajadores, en especial a aquellos que han caido por la lucha obrera.
sábado, 30 de abril de 2011
Primero de Mayo
Hoy por hoy, con la globalización, el neo liberalismo y todo el ataque de los grandes medios de comunicacion que la clase obrera ya ni se siente obrera. No sabemos que es lo que somos, ni que es lo que nos conviene. Esperamos un mundo sonado, un sueno como el mítico "sueno americano". Y esto no nos sirve de nada, solo para que nos tengan amarrados sin posibilidades de poder ser humanos libres.
La vida en la tierra es bastante efímera, para todas las especies. El colmo es que somos los seres humanos los que nos estamos suicidando por nuestra propia estulticia. El desastre de Fukushima, que los medios lo tratan de minimizar, pero que es mas grave que el de Chernobyl, por la densidad de población que vive en la zona, refleja el modo estúpido de comportarse de los poderosos de este planeta. Y las voces de los obreros, de los proletarios, apenas se oyen. Y lo mismo puede decirse de la guerra contra los libios. Las voces de los obreros no se oyen. Y así se puede seguir diciendo de otros temas: ecología, economía, hambre, enfermedades.
Primero de mayo. Ojala y tomemos mas conciencia de nuestro entorno.
domingo, 24 de abril de 2011
Madre Tigre
Volviendo siempre al tema, la educación no solo debería significar competencia, ni triunfo. La educación también debería estar enfocada hacia la formación de sociedades. Estas no solamente tienen que ver con el desarrollo personal, sino con el desarrollo social. La madre tigre debe educar a sus hijos y mostrarles la meta; pero también debe mostrarle el rol de cada uno dentro de la sociedad para que esta sea mas justa y mas cercana a la solidaridad entre todos los seres humanos.
Es difícil no pensar en la educación en términos de alta eficiencia sin pensar en las maquinas.
sábado, 23 de abril de 2011
Debates para el futuro
En el articulo mencionado, leía sobre la necesidad de dar una respuesta universitaria a la demanda de nuestro desarrollo, pero se tenia el peligro de crear profesionales que no encontraran fuentes de trabajo al momento de salir graduados.
En cierto sentido parecería que hay que preocuparse en tal sentido. No se puede invertir en la educación si, al final, no hay trabajo para los educandos. Pero también habría que plantearse lo que es la educación. Si solamente se trata de formar profesionales que respondan a la demanda de una patronal que, hasta ahora, se ha visto incapaz, por lógica, de responder a las demandas del desarrollo nacional, la educación sera bastante limitada. Pero si se trata de plantearse una educación para responder a las demandas de una vida integrada a las demandas de una sociedad mas humana, el problema de la educación debe plantearse de otra forma.
No se trata de educar para que el profesional logre fines económicos personales. Si de eso se trata, se estaría condenando a la frustación a los nuevos profesionales salidos de las tantas universidades que actualmente tenemos en el país.
Pero, como decía al inicio, responder a los problemas que giran en torno al desarrollo del país, de la educación que debe estar al servicio de dicho desarrollo, teniendo en cuenta de que debemos formar una sociedad mas humana, es una tarea que no puede dejarse de responder con mucho tacto y profundidad.
viernes, 22 de abril de 2011
Natalicio
Es tan actual que lo venido deformando su legado, tratando de desprestigiarlo en todos los frentes posibles. Es cierto que la revolución rusa cayó, luego de décadas de errores (a pesar del enorme sacrificio del pueblo ruso en la gran guerra), sobre todo al apartarse de la ruta que había trazado. Es mas, se le ha tratado de identificar su legado como parte de una conspiracion de tal forma que se dice que fue judío. Ser judío, por cierto, no es un crimen ni una infamia. Pero no lo fue. Incluso los Nazis nunca se atrevieron a usar este recurso, a pesar de clara política de limpieza étnica, similar a la de los sionistas en Palestina.
También se le colocan frases que no son suyas, ni por asomo. Me recuerda la frase aquella en la que Don Quijote le dice a Sancho Panza: "Los perros ladran, es señal que caminamos", que no aparece en ningún lado en toda la obra de Cervantes. Pero esperan que la propaganda haga su cometido y nadie se asome a su vasta obra escrita. Aunque, a decir verdad, Lenin es una figura que no necesita defensor, su propia figura lo hace. Es un hombre de la historia.
Lo cierto es que en cualquier librería, biblioteca o en el Internet se pueden encontrar sus obras, que deben leerse para entender lo que actualmente sucede.
La historia no es un invento. Son hechos. Entendenderlos es nuestro deber para aprender a forjar nuestro futuro. Lenin es parte de nuestros marcadores históricos.
jueves, 21 de abril de 2011
Una hipotesis
A pesar de la independencia política de España, todavía hay muchos que no se han independizado ideologicamente de esta nación. Todavía creen en la historia oficial en la que Cristóbal Colon, Hernan Cortez, Almagro y el resto de delincuentes que nos envió la corona de España, conquistaron a pueblos con poca cultura y civilizacion. Pero, creo que esto sucedió por el azar, porque la historia de nuestros pueblos ancestros evolucionaba hacia un despertar que la conquista por los europeo no permitio.
La evolución de las sociedades indígenas fueron similares, no iguales, al desarrollo de las sociedades europeas. Las ciudades toltecas, mayas, aztecas, se desarrollaron en forma semejante, no iguales-repito, a las ciudades y pueblos europeos. Inclusive el desarrollo de la religión fue semejante. De dioses para todos los gustos se llego a la concepción de un solo dios, a pesar de que se continuo, en la practica, la veneración y adoración de diversos dioses.
El problema con lo que digo es que muchos documentos fueron destruidos, no solo por los fanáticos europeos que obligaron a los aborígenes a rechazar sus propios dioses, sino por las mismas luchas entre las diversas ciudades - estado. Pero, viendo hacia un horizonte lejano, las enseñanzas de Quezaltcoalt fueron el eje ideológico de todas las naciones, aunque, a la caída de las ciudades-estado, estas fueron sustituidas por practicas mas sangrientas, modificando el legado de este personaje.
Creo que si los invasores no se hubieran presentado, la evolución de los pueblos del continente hubiera sido semejante al desarrollo de los pueblos aborígenes de Europa, es decir, hubieran caído en una edad oscura y se hubieran levantado en un renacimiento muy sorprendente. Pero, esto, no es posible imaginarlo, pues nunca ocurrió.
Balance
Por un lado, los periodistas, la mayoria incultos y con una ignorancia crasa de la ciencia y tecnologia, nos ofrecen reportajes cargados de prejuicios y sin valoraciones obejtivas, cuando se trata de aspectos de la naturaleza. Pero, por tener el peso del periodico, su opinion no deja de imponerse en la mente de los lectores, que, desgraciadamente, tampoco exigen un periodismo mas ilustrado.
Y, por suerte, personajes como Ms. Coulter, no tienen cabida en los noticieros locales. Si no, estarian pidiendo que el agua de la planta nuclear de Fukushima la trajeran para aca, para dar de beber a nuestra poblacion.
miércoles, 20 de abril de 2011
Como quisiera olvidar ... Como quisiera recordar
Tenia mucho tiempo de no escribir. Ahora, con otras actividades que hacer, es dificil dedicar a escribir en el blog.
Tengo ganas de olvidar muchas cosas, pero tambien recordar aun mucho mas.
Tengo ganas de olvidar el presente que, como siempre, en su momento, me han dado ganas. Las guerras en el mundo me atemorizan y me hacen sentir pesimista por el futuro de nuestra especie. Y no estoy hablando de un pacifismo afectado. Creo que las guerras no deberian darse, pero, en cada una de ellas, hay un bando que debe defenderse. No creo, por ejemplo, en la guerra de la OTAN. No hay nada de humanismo en ella, al contrario, es una guerra con patente de corso. Quisiera olvidarla. Pero es imposible.
Asi tambien quiero olvidar el tsunami en Japon y la desgracia del Fukushima, con todo el dolor que ha traido a la gente de la zona y al peligro que nos ha puesto a toda la humanidad con la radiacion que sale de sus reactores. Todavia no salgo de mi asombro al saber que el terremoto no afecto a la planta. El tsunami simplemente se llevo la planta generadora de emergencia. El tiempo hizo el resto.
Pero tambien quiero recordar mejores cosas.
Recordar a L, de quien no me olvido ni un solo dia. Recordar mis tiempos de estudiante, con todo el deseo de cambiar el mundo, y con el miedo del dolor que lo acompana.
Quisiera recordar mi colonia, en aquella epoca en que miraba a la vecina con mucha ilusion.
Quisiera traer a mi memoria cuando queria aprender musica.
Quisiera recordar mucho mas cosas que olvidar las desgracias de nuestro mundo.
viernes, 1 de abril de 2011
En tiempos de guerra
En viejos escritos de prensa, en la era de Chernobyl, se criticaba la tecnologia usada en la central nuclear accidentada. Se enfatizaba, en dichos escritos, en la ineficacia de los comunistas. Ahora, Chernobyl es una referencia forzada de Fukushima. Desde donde lo veo, la diferencia es abismal y me resulta peor el desastre en Japon: esta mas densamente poblado. Pero tambien es claro que la tecnologia utilizada en Japon, pudiendo ser lo mas sofisticada posible, fallo en algo tremendamente ingenuo: su planta de emergencia. No me puedo imaginar planificar una planta nuclear con todos los adelantos y dejar sin proteccion la generadora de emergencia. De hecho, la planta de Fukushima no sufrio el impacto del terremoto, tampoco se vio afectada por el tsunami. Este ultimo fenomeno se paso llevando, a su paso, la planta de emergencia. Y, como no se pudo arrancar las bombas de enfriamiento, el drama comenzo. Salvo que la tecnologia era norteamericana y eso, precisamente por eso, los medios no han atacado la estupidez cometida en no haber protegido una simple planta de emergencia de una central nuclear que puede contaminar a todo el Japon.
La misma estupidez tambien se denota en lo que sucede en Libia. Un dictador, como los muchos que hay por la region, se le somete a bombardeos en nombre de la libertad y de la proteccion de civiles, mediante bombas a los civiles que, probablemente, tambien estan en contra del dictador. Lo que importa es sacarlo y tomar los campos de petroleo.
Estupidez
domingo, 20 de febrero de 2011
Colonialismo cultural
Los traductores también piensan
Sigamos ignorando que entre nosotros hay excelentes pensadores, ninguneados por la banda de Prisa, y así será hasta que alguien, desde una cultura hegemónica, los "descubra"La lengua es compañera del Imperio
(Antonio de Nebrija. Gramática de la Lengua Castellana 1492. Dedicada a Isabel la Católica)
Los cuatro puntos cardinales son tres: Norte y Sur
(Vicente Huidobro)
El título que acaban de leer es eso, un título, bajo el cual quiero tratar, aunque sea brevemente, del tema de que en las «culturas traductoras», como es la española, también hay gentes que piensan. (Recordemos aquí que, en nuestra opinión, hay tres tipos de culturas literarias: las hegemónicas o «creadoras», las traductoras o dependientes y las decididamente ausentes; ya volveremos sobre esto).
Fue el intelectual argentino del siglo XIX Domingo Faustino Sarmiento [NdeLH: de derecha y altamente reaccionario] quien, durante un viaje que hizo a España en 1846, dijo sencillamente esta gran verdad sobre la «cultura hispánica». «Ustedes -escribió a aquellos españoles- no tienen autores, ni escritores, ni sabios, ni economistas, ni políticos, ni historiadores, ni cosa que lo valga; como ustedes aquí y nosotros allá, traducimos». Ilustraba esta afirmación refiriendo que él no había visto «más libro español que uno que no es libro, sino unos artículos de periódico de Larra».
Esta opinión ha sido comentada después por algunos autores españoles escritores de verdaderos libros, como Américo Castro y Juan Goytisolo. Para éste, en su prólogo a la "Obra inglesa" de José María Blanco White, Sarmiento tuvo razón en su momento y Blanco White fue una excepción que se dio en el exilio y escribiendo en inglés; para Castro, en su libro sobre Cervantes y los casticismos, Sarmiento se olvidó, al decir lo que dijo, de que entonces sí había algunos libros españoles, sólo que, ay, los libros que don Américo cita son de Donoso Cortés y de Balmes, lo que más bien corrobora la afirmación de Sarmiento, no porque no sean libros -el Criterio es evidentemente un libro-, sino por su contenido altamente reaccionario.
Pero sigamos. Sea como sea -o haya sido como haya sido-, parece muy cierto que la «cultura española» forma parte, desde el siglo XVIII, de las culturas -no sólo literarias- dependientes y generalmente ignoradas. Tratando concretamente de la escritura, yo no puedo dejar de observar que nosotros estamos siempre leyendo a autores extranjeros traducidos y además citándolos como autoridades, y, en fin, traduciendo a muchos de ellos que todavía no lo han sido, y, desde luego, leyéndonos muy poco a nosotros mismos -a nuestros autores- y, en consecuencia, ignorándonos mucho. El caso es que la tasa de nuestra propia cultura la medimos por la cantidad de libros que se traducen al español mientras en los grandes países culturales nuestra producción es casi absolutamente ignorada, salvo en el campo de los hispanistas recalcitrantes, generalmente aislados en sus universidades, y aquí viene recordar a un poeta argentino, Baldomero Fernández Moreno, que escribía una especie de greguerías, una de las cuales dice así: «En español en el original. ¡Algo es algo!». Un ejemplo de la desatención a la cultura castellana en los países hegemónicos es que la "Revista de Occidente" de José Ortega y Gasset adquirió notoriedad en España sobre todo por su atención a la cultura alemana; atención que ponía al corriente a los españoles de lo mucho y bien que se pensaba en alemán. Era evidente que para estar «a la altura de los tiempos», como decía el mismo Ortega, había que leer a pensadores como Georg Simmel y, desde luego, Max Scheler, etcétera. No habría que añadir que de las culturas literarias que hemos llamado «ausentes», en esta península, la más ausente es la euskaldun, que queda situada a más bajo nivel aún que la catalana y la gallega, y, desde luego, que la castellana y la portuguesa.
Hace unos años, cierto «nuevo filósofo» francés, cuyo nombre no recuerdo, naturalmente famoso por el hecho de ser francés, publicó un libro sobre el tema de la función social de «las masas» en nuestro tiempo -un libro cargado, como es frecuente, de bibliografía-, y que un periodista le preguntó su opinión sobre «La rebelión de las masas» de José Ortega y Gasset, y que el filósofo galo respondió sencillamente que él, que tantos libros citaba, no conocía ése pero que, eso sí, «le habían hablado muy bien de él». Nada grave para su prestigio. ¿Un libro importante escrito en español? ¿Quién recuerda tal cosa después del Quijote?
Que no haya problemas. Nosotros sigamos traduciendo -que es lo nuestro- a los líderes intelectuales de las grandes culturas y aceptando nuestra propia inexistencia: los traductores no piensan. ¡A traducir, muchachos! Nosotros sigamos ignorando que entre nosotros hay excelentes pensadores, ninguneados, claro está, por los grandes medios que forman la banda de Prisa, y así seguirá siendo hasta que alguien, desde una cultura hegemónica, los «descubra» y nos revele que merecen una gran atención, lo que es muy improbable que ocurra por las razones que se dicen en este artículo. A muchos escritores euskaldunes les parecerá que publicar en castellano es una situación privilegiada; y sí que lo es en comparación con la «ausencia cultural» en la que ellos se encuentran, pues en relación al euskara el castellano/español es todavía una lengua «imperial».
Pero ¿hay alguien que mire hacia estas culturas, por ejemplo, desde Francia, fuera de los reductos universitarios? Trataré de responder a esta pregunta con unas pocas palabras, mejor dicho, con una sola palabra: Nadie, fuera del ghetto que son las universidades y sus incombustibles «hispanistas».
Ahora me acuerdo de que Miguel de Unamuno desdeñaba el euskara por ser una lengua arcaica e incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos, con lo que quería decir, incapaz para traducir las grandes literaturas modernas. También consideraba -aunque no lo dijera mucho- que la lengua castellana es un terreno literariamente poco recomendable, de manera que, según se dice, aprendió danés para poder leer bien a Sören Kierkegaard. Recordemos también que, a propósito de la obra cumbre de la literatura castellana, el Quijote, dijo que prefería leerla en inglés porque «ganaba traducida».
Podemos pensar, con estos datos y otros, que sería preferible para nosotros estar instalados en una de esas culturas hegemónicas, ya que resulta que incluso ser un escritor marginado francés -por ejemplo, Jean Gênet- convierte a este presunto desdichado («mártir», lo llamó Jean Paul Sartre), ipso facto (por ser francés), en una gran estrella para las culturas dependientes de la francesa. En cuanto a las culturas literarias sub-dependientes o «ausentes», traducir a un autor como Gênet siempre será una buena noticia, porque ello será una evidencia de que Unamuno no tenía razón y de que el euskara es una gran lengua culta.
Podría pensarse, ante un artículo como éste, que yo no soy partidario de que las otras culturas literarias sean traducidas al castellano. Nada menos cierto, aunque sí lo es que hace muchos años, cuando yo empezaba a escribir para el teatro, y ante la ocupación de todas las salas no mercantiles de Madrid por traducciones, tuve la idea de proponer, para dar lugar a un espacio de creación propia, que se dejara de traducir tanto, y así es que titulé un artículo «Desconozcamos el teatro extranjero... por ahora». Enrique Jardiel Poncela -muy nacionalista español él- me lo aplaudió, y yo le hice saber el verdadero sentido de mi posición, pues ya desde muy joven fui partidario de un internacionalismo cultural. Como ahora quiero manifestarlo ante el libro de Jacques Bouveresse «Bourdieu, sabio y político», que acaba de editar Hiru y que ha provocado en mí las reflexiones aquí presentes.
Al mismo tiempo -y por las mismas razones- siempre seguiré lamentando que, por ejemplo, en el siglo XIX, Larra, que conocía al dedillo la literatura francesa, fuera completamente desconocido en Francia; o que, en el siglo pasado, el pensamiento de un destacado filósofo marxista, Manuel Sacristán, quedara oculto bajo la gran magnitud de su obra como traductor. «¿Manuel Sacristán? ¡Ah, sí, el traductor de Lukacs!».
Termino este artículo proponiendo seriamente mi decidida apuesta por el internacionalismo cultural; apuesta que ha de partir de una afirmación de nuestras propias culturas, hoy dependientes o ignoradas: un triste destino que es preciso romper. ¡Viva el internacionalismo cultural! ¡Viva el Sur!