"I believe in the brotherhood of man, all men, but I don't believe in brotherhood with anybody who doesn't want brotherhood with me. I believe in treating people right, but I'm not going to waste my time trying to treat somebody right who doesn't know how to return the treatment." -- Speech, Dec. 12 1964, New York City Malcom X
El cambio ha comenzado. Inicia con la transición. Y es importante que ésta sea una transición lo más transparente posible. Frente a la crisis en que se encuentran las economías de todo el mundo, la nuestra no es la excepción y las soluciones deben enfrentarse unidos. Se trata de hacer de nuestro país una nación, un conjunto de hombres y mujeres que esperan un mismo destino mejor para nosotros mismos y las nuevas y futuras generaciones. El presidente electo ha reiterado que buscará la unidad, que hará los esfuerzos necesarios para que el país sea el país de todos. Y, en apariencia, todos le han tomado la palabra.
Los hechos, en cambio, no son así. La idea de saturar el gobierno con puestos que no pueden removerse, indemnizaciones astronómicas de servidores públicos (en especial de aquellos de "confianza") del gobierno saliente, dan a entender que éstos no esperan que las cosas cambien, a pesar de que dicen haber aceptado la alternancia en el gobierno.
No se trata, por cierto, de revanchismo, ni de venganza. Pero hay que tener en cuenta que el soberano ha dado su voto para que las cosas cambien. Y lo ha hecho de buena fe, luchando para imponer su voluntad con las reglas del juego establecidas. Hemos visto el fraude, que se venció con el esfuerzo de todos. Ahora vemos que se quiere seguir esquilmando el aparato del estado y tratar de impedir que se haga un trabajo transparente.
Hay que meditar lo que dijo Malcom X. Se trata de respetar, pero no dejarse irrespetar.
Los hechos, en cambio, no son así. La idea de saturar el gobierno con puestos que no pueden removerse, indemnizaciones astronómicas de servidores públicos (en especial de aquellos de "confianza") del gobierno saliente, dan a entender que éstos no esperan que las cosas cambien, a pesar de que dicen haber aceptado la alternancia en el gobierno.
No se trata, por cierto, de revanchismo, ni de venganza. Pero hay que tener en cuenta que el soberano ha dado su voto para que las cosas cambien. Y lo ha hecho de buena fe, luchando para imponer su voluntad con las reglas del juego establecidas. Hemos visto el fraude, que se venció con el esfuerzo de todos. Ahora vemos que se quiere seguir esquilmando el aparato del estado y tratar de impedir que se haga un trabajo transparente.
Hay que meditar lo que dijo Malcom X. Se trata de respetar, pero no dejarse irrespetar.
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