Ejemplos de ello son muchos. La segunda guerra mundial fue un tremendo holocausto de vidas humanas. Murieron más de 20 millones de rusos (de la ex-URSS). Ahora se habla de la muerte de los que entraron en los campos de concentración, a sabiendas que también murieron en ellos comunistas, socialistas, testigos de Jehová, demócratas de todos los colores. Pero la historia la están cambiando día a día, con los fines de aquellos que tienen la voluntad y el poder para hacerlo.
Juan G. Atienza dice, por cierto, en un párrafo muy interesante, algo relativo a la historia, y que transcribo de su libro "La Mística Sola
Hechos que marcaron a la humanidad no son reconocidos por la historia oficial. Pero el fulcro que movió a ésta estuvo presente. Y no se trata de metafísica, sino simplemente que la historia oficial se caería en sus errores al reconocerlo. En nuestra patria, los trágicos sucesos del 32 no tienen una explicación fácil, pues unos dicen que fue un intento de toma del poder, otros que una revolución; pero lo cierto es que hubo una matanza de la que los protagonistas, víctimas y victimarios, actuaron según el libreto de otros.
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